El Pescanova Biomarine Center, el mayor centro de investigación acuícola de Europa, comenzará su construcción antes de final de año. Para ello, la pesquera ya ha vaciado al completo las instalaciones que existen actualmente en el terreno donde se ubicará la planta, las de Insuiña. Los trabajadores siguen trabajando para esa filial solo que no en O Grove, tal y como explicaron desde la firma. Según pudo saber FARO, algunos fueron trasladados a la sede de la firma, en Chapela.
Pese a que existen informaciones que aseguran que la construcción del que será también el primer centro de I+D+i privado de España en materia acuícola comenzará a mediados del próximo mes, desde Nueva Pescanova indicaron que por el momento "no hay una fecha concreta" para la construcción del centro. "Estamos pendientes de tramitaciones y en cuanto estén empezaremos la obra", mencionaron las mismas fuentes de la empresa.
Esta situación supone un retraso en la fecha inicial para el inicio de la construcción, ya que en un principio estaba previsto que los trabajos comenzaran a finales del año pasado. Sin embargo, cuando empezaron a vaciar la planta, el director del centro de Insuiña y responsable del área de Patologías en el sector del rodaballo, Jacobo Fernández, indicó que las obras serían este verano.
Mientras, los trabajadores que estaban en Insuiña ya no se encuentran en O Grove, donde no quedan ni las herramientas que empleaban para su trabajo. Algunos han sido trasladados a otras instalaciones, como las de Chapela (donde se encuentra la sede), para continuar sus labores, que se centraban en el cultivo de rodaballo.
Con todo, se espera que el Pescanova Biomarine Center esté listo para 2018 gracias a una inversión de 4,5 millones de euros. El objetivo es que se convierta en un centro tecnológico de referencia en el sector a nivel europeo para avanzar en las especies que ya se producen y, sobre todo, para investigar en las que tienen un mayor potencial comercial pero aún no son explotadas por la marca. Este último es el caso del lenguado, la tercera especie de pescado congelado que más se consume en España (por detrás de merluza y bacalao) y que se encuentra entre los objetivos principales de la pesquera para su producción en tanques controlados de agua salada "a corto/medio plazo".
