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La industria conservera

Shanghai Kaichuang duplica sus ventas con Albo y amplía capital para otra gran factoría

-La viguesa factura 40 millones hasta junio y se aleja de los objetivos del plan de negocio -El grupo asiático, integrado ya en Bright Food, rebaja sus pérdidas hasta los 3,5 millones

Reunión en la sede de Albo con el nuevo equipo directivo. // SFGC

Shanghai Kaichuang Marine International ha digerido sin sobresaltos la integración de Hijos de Carlos Albo. La conservera viguesa, por la que el grupo asiático pagó 61 millones de euros hace un año, ha logrado adaptarse a una "transición suave" y mejorar notablemente la cuenta de resultados de su matriz. Facturó 317 millones de yuanes (40,35 millones de euros) y cerró el primer semestre con un beneficio neto de otros 12,48 millones de yuanes (1,6 millones de euros). El empuje de la histórica marca ha llevado a Shanghai Kaichuang al mejor volumen de ingresos desde su lanzamiento, con una facturación conjunta superior a los 100 millones de euros en el mismo periodo. Esta sociedad es solo una filial -cotizada- de Shanghai Fisheries, que a su vez pertenece desde mayo al gigante alimentario chino Bright Food Group.

Pero las ventas de Albo no han servido de momento para evitar los números rojos de su propietaria, que ascendieron a cerca de 3,5 millones de euros al cambio actual, según la información remitida por la empresa a la Bolsa de Shanghái. La digestión financiera de la compra y los precios de la materia prima evitaron un mejor resultado, a pesar de que las capturas se elevaron hasta las 48.756 toneladas, un 16% más. Solo los arrastreros de gran altura experimentaron un retroceso en las descargas de pescado. Shanghai Kaichuang se dedica principalmente al atún. Tres de los barcos con los que opera son parte de la famosa serie Vigo de megaarrastreros encargados por el Gobierno de Rusia a principios de los noventa. El Kai Yu (antes Stanovlenie) fue construido por Factorías Vulcano en 1992; el Suverenitet (ahora Kai Fu Hao) se hizo en Naval Gijón, mientras que el Georg Kask (Kai Li) lleva sello del desaparecido P+S Werften alemán.

A excepción de la venta de pescado a granel todas las partidas de ingresos mejoraron respecto al primer semestre del año pasado, sobre todo en el segmento de alimentos enlatados (el efecto Albo) y la venta de caballa. "El objetivo [para la conservera de Vigo] es mejorar el control interno, ampliar los canales de compra de materia prima, rebajar los costes de aprovisionamientos, el desarrollo de nuevos productos a base de bonito y ampliar su internacionalización", reflejan las cuentas.

Pese a la buena contribución de Albo a su matriz la conservera no alcanzó -según la previsión del mercado- el objetivo de ventas del año pasado, fijado en 91 millones (los expertos lo sitúan en 87; no hay resultados disponibles en el Registro Mercantil), y tendría que cerrar el ejercicio en curso en los 95,5 millones. El conservero no es un negocio tan estacional como el del pescado congelado (con gran incidencia del consumo navideño, sobre todo por el langostino), con lo que tendría que mejorar sus ingresos en torno a un 18% hasta final de año para cumplir objetivos. De cara al futuro tendrá que competir con una megafactoría de 46.000 metros cuadrados que construirá Shanghai Kaichuang en Zhoushan, como avanzó FARO, para cuya financiación ha aprobado ya una ampliación de capital de 76 millones de euros, como consta también en el informe de resultados semestrales.

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