La Comisión Europea (CE) sigue adelante con su plan para regular el desguace de los buques de una forma eficiente y respetando el medio ambiente. Tras publicar una primera lista con 18 astilleros -incluyendo uno en Portugal y otro en Asturias- que se podrán dedicar al reciclaje de embarcaciones a partir de finales de 2018, la CE está valorando crear una licencia que iría asociada a cada barco para incentivar el correcto desguace del mismo.

En base a un estudio realizado por Ecorys, DNV-GL y la University of Rotterdam/Erasmus, la CE ve como una solución viable la creación de una licencia que se pagaría de forma mensual o anual (también valoran que sea cada cinco años). Una vez que se quisiera dar el buque de baja, el dinero empleado en pagar esa licencia iría a parar de nuevo al armador si decidiera desguazarlo en uno de los punto designados por la Unión Europea.

Esta iniciativa nació ante las críticas de algunas ONG a la regulación para el reciclaje de buques, ya que tenían claro que con solo un cambio de bandera los armadores podrían eludirla fácilmente y desguazar el buque en cualquier otro país.

El informe de la CE, publicado el pasado 8 de agosto, recoge que todavía tendría que certificarse que esa práctica denunciada por las ONG se está llevando a cabo antes de llevar a cabo esta iniciativa.

Sin embargo, según recoge la publicación especializada MarineLink, el cambiar de bandera para vender la chatarra se ha convertido en una práctica habitual. Los compradores cambian el pabellón y también el nombre al barco para su viaje a su último destino, habitualmente en países del sur de Asia. Los registros más populares entre estos compradores serían los de países como Comoros, Palau y St. Kitts and Nevis.