El director del centro de Vigo del Grupo PSA trasladó ayer su incomprensión al comité de empresa sobre las movilizaciones de las últimas semanas -sobre todo por la huelga del pasado sábado- promovidas por una minoría sindical (CIG, CUT y CC OO) en pleno lanzamiento de las nuevas furgonetas (el proyecto K9), y apeló a mantener abierto el diálogo y a evitar la confrontación por el bien de la planta. Frédéric Puech, en una reunión extraordinaria en la que hizo balance de su primer año al frente de PSA-Vigo y del polo industrial ibérico de la multinacional francesa, lamentó la imagen que se pueda estar trasladando de la fábrica en París pese a su posición de "privilegio", al ser la única en Europa que mantiene dos sistemas de producción (biflujo) con dos proyectos industriales de "gran volumen", lo que da estabilidad en el empleo.
Puech ahondó en que la organización biflujo -dos líneas de montaje- de Balaídos le permitirá responder mejor a las fluctuaciones de la demanda del mercado, tener más empleo y también reducir los impactos en la plantilla de los cambios de modelo. Y agradeció a los trabajadores que el sábado hicieron caso omiso de la huelga y acudieron al centro para sacar adelante la producción, destacando que el centro lleva varios meses en saturación con una elevada demanda de modelos como las furgonetas Berlingo y Partner, y que las previsiones para lo que resta de año y principios de 2018 son similares.
A quienes secundaron la huelga les transmitió que deberán reflexionar sobre el grado de acogida de esta convocatoria, porque "se debe escuchar también a la gran mayoría que decidió trabajar". Exhortó igualmente a todos para que se evite la confrontación, "que no permite construir el futuro", y se mantenga abierto el diálogo, "como ha ocurrido siempre en esta fábrica". Por último, expuso que, a la vuelta de vacaciones, tendrá que definirse la organización industrial necesaria para afrontar los nuevos proyectos en curso. "Tenemos suerte de contar con dos proyectos de gran volumen y que, además, los Berlingo y Partner atraviesen una buena situación", señaló. "A la vuelta de vacaciones, la representación social podrá también plantear los disfuncionamientos que detecten porque el diálogo y la construcción de futuro son elementos naturales en la vida del centro", apuntó.
Los tres sindicatos convocantes de la huelga del pasado sábado -CIG, CUT y CC OO- consideran "sintomática" la intervención "urgente" de Puech y coincidieron en que darán un "margen de confianza" para ver si se pasa "de las palabras a los hechos". No obstante, advirtieron de que antes de las vacaciones de verano se deberá abordar la organización de las líneas de producción en la reunión ordinaria con recursos humanos habitual previa al parón estival, pues de lo contrario no descarta nuevas movilizaciones incluso en agosto. También la sección sindical de FICA-UGT, que no secundó la huelga, llamó a buscar soluciones antes de las vacaciones de agosto. El paro del sábado no tuvo incidencia alguna sobre la producción prevista para esa jornada.
