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José Antonio Redondo: "Ya tenemos hecha la estructura de la factoría con la que llegaremos a Turquía"

Los ingresos de la firma con sede en O Porriño rozan los 200.000 euros mensuales

José Antonio Redondo, en las instalaciones de Óptima en el Polígono de A Granxa. // Marta G. Brea

En sus ocho años de andadura, a la firma viguesa Óptima Cleaning le ha dado tiempo de abrir caminos hasta entonces inexplorados en su sector y ya prepara su desembarco en suelo turco para crecer en la región. José Antonio Redondo, que también ocupa la vicepresidencia de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Vigo (AJE Vigo), acaba de recibir el premio a Mejor Empresario Joven de Galicia de la revista Ejecutivos. Su apuesta por la innovación, a la que destina la totalidad de los beneficios, y una revisión meticulosa de la estructura de gastos, han encumbrado a esta empresa especializada en servicios de limpieza libres de biocidas.

- ¿Qué consejos le darías a los jóvenes a la hora de emprender?

-Lo principal de todo es tener clara una idea de lo que se quiere hacer y poner ilusión. Luego, a la hora de recibir asesoramiento y formación para llevar adelante el proyecto, las asociaciones de jóvenes empresarios ejercen una labor muy importante y son una buena ayuda. Además, en este sentido quiero resaltar la labora de AJE Vigo, que ofrece una gran visibilidad de cara a que se den a conocer los proyectos de sus asociados.

-¿Es tarea sencilla emprender en España?

-Es un país complicado. La administración va muy lenta, lo único rápido es el departamento de sanciones. La cultura del emprendimiento queda bonito apoyarla, pero se penaliza desde el primer momento. Tenemos unas cuotas de autónomos profundamente injustas, que nos hacen partir de una desventaja competitiva respecto a otros países.

-Óptima Cleaning se creó en 2009. ¿Cuál es el secreto haber logrado crecer en un escenario tan adverso?

-No era mala época para empezar porque las empresas consolidadas tenían unos costes muy altos que tuvieron que reducir y dejaron de prestar determinados servicios. Aprovechamos el retroceso de esas compañías, porque ya veníamos recortados. De hecho, el primer mueble de una oficina decente llegó cuando ya facturábamos 1 millón de euros. Hay una anécdota con el piloto de Fórmula 1 Graham Hill que una vez le preguntaron qué hizo para ganar en Mónaco. Y decía que fue porque, cuando vio que todos frenaban en el túnel por un accidente, él aceleró y los pasó a todos. Nosotros acelerábamos cuando todos iban en retroceso.

-¿Encontraron dificultades a la hora de buscar financiación para su proyecto?

-Hicimos una gestión un poco especial. Partimos con una inversión propia inicial y a partir de ahí fuimos reinvirtiendo constantemente nuestros beneficios para seguir creciendo.

-¿Qué ventajas puede explotar una empresa de pequeño tamaño?

-Siempre que queremos hacer algún proyecto innovador tenemos mayor rapidez y capacidad para maniobrar de manera más ágil que otras compañías más consolidadas.

-¿Cómo ha crecido la empresa durante estos ocho años?

-Nuestra facturación ha pasado de unos 3.000 euros al mes a los 180.000 actuales. En este tiempo hemos pasado de un sistema de auto empleo en la que yo fabricaba, envasaba y salía a vender, a tener a 14 trabajadores.

-¿Qué porcentaje de vuestra producción dedicáis a exportaciones?

-Las exportaciones de momento suponen en torno a un 10%. Estamos ultimando nuestra llegada a Turquía. La estructura de la factoría ya está hecha y estamos ultimando todo el tema de la tecnología. Estamos pegados justo en la frontera con Siria y todos los días se ve alguna nube de humo.

-¿Por qué Turquía?

-Apostamos por productos naturales libres de antibióticos y en el mundo árabe están más avanzados en este sentido. Tienen mucho interés en productos de riesgo de supresión cero [eliminan el riesgo de la ingesta de la leche desde el primer momento].Se calcula que cada año hay en el mundo unas 700.000 muertes por las resistencias que se generan de lo que comemos, por los antibióticos que se meten en alimentos o en tratamientos médicos a animales. Nuestra apuesta fue aprovechar toda la potencia real que puede haber en la naturaleza. En este sentido, conseguimos niveles de cura iguales a los de antibiótico.

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