Ya es oficial. APEC-Pontevedra, la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de Pontevedra, está a punto de pasar a la historia. Los socios, en la asamblea general extraordinaria celebrada ayer, aprobaron la solicitud al juez de la liquidación de la entidad tras cuarenta años de historia. La razón: la imposibilidad de vender su sede de la calle Real de Vigo al carecer de autorización por parte del Consorcio del Casco Vello, como adelantó este periódico. La desaparición de la asociación dejará un hueco legal de cara a la negociación del nuevo convenio colectivo del sector en la provincia, según fuentes consultadas.

La asamblea del miércoles aprobó el único punto del día: solicitar al juez la apertura de la fase de liquidación en el procedimiento de concurso de acreedores de APEC-Pontevedra. Los constructores se han visto obligados a tomar esta decisión al no lograr autorización del Consorcio del Casco Vello para la venta de su sede en la calle Real 16 (Vigo), lo que hace que su situación sea "insostenible", con una deuda total de cerca de 600.000 euros, la mayoría derivada de la compra del inmueble a finales de 2009.

APEC compró el inmueble -que incluye semisótano, planta baja y primera planta- mediante un proceso de licitación pública al Consorcio del Casco Vello de Vigo a finales de 2009, justo en el momento previo al estallido de la burbuja inmobiliaria, con una inversión total que rondó el millón de euros (entre la adquisición y la reforma), e inició su actividad allí en mayo de 2010 tras recibir licencia municipal. En el pliego de condiciones de la venta se estipulaba que el adjudicatario (APEC) debe mantener la propiedad por lo menos por un periodo de diez años, quedando prohibida su venta, aunque el Consorcio se reserva los derechos de tanteo y retracto en caso de un incumplimiento de las condiciones.

El hundimiento de la construcción (APEC perdió el 75% de sus afiliados con la crisis y, por extensión, de sus ingresos por cuotas) y el recorte en las subvenciones públicas, sumado a lo inoportuno de la inversión en el inmueble justo antes del crack de la burbuja inmobiliaria, llevaron a la asociación de los constructores hoy con 63 empresas a un concurso de acreedores que, pese a todo, se solventó a principios de este año con un convenio aprobado por mayoría, y condicionado a la venta de la sede. No obstante, esa venta es hoy imposible con las cláusulas de la adjudicación.

APEC, al menos en dos ocasiones, en julio de 2015 y el pasado 12 de mayo, según ha podido saber este periódico, solicitó al Consorcio del Casco Vello que le eximiese de la obligación de mantener la propiedad durante diez años por "causa de fuerza mayor", como única solución para garantizar la continuidad de la organización y evitar a la vez que el inmueble vaya a subasta, sin una respuesta hasta la fecha. Fuentes de APEC criticaron ayer precisamente el "silencio" del Consorcio ante sus requerimientos.

La decisión de los constructores de mudarse al Casco Vello fue por contribuir a dinamizar el entorno, pese a que tenían ofertas más económicas de inmuebles en otras zonas. La desaparición de APEC generará un vacío legal de cara a la negociación del próximo convenio colectivo del sector, ya que solo las organizaciones provinciales tienen representatividad para hacerlo. No se descarta que tenga que intervenir en este caso la Confederación Nacional de Construcción.