El contrato de Barreras con la exclusiva cadena hotelera estadounidense Ritz-Carlton para construir el que será el primer crucero ultrapremium del mercado ha vuelto a demostrar la capacidad de los astilleros vigueses para reinventarse. Este barco será el último de una larga lista de embarcaciones singulares construidas en Galicia que han sorprendido a armadores de todo el mundo por su complejidad, especialización y calidad. Este factor diferencial es el que ha permitido a las factorías navales gallegas sobrevivir a la competencia low-cost.

Barreras, el mayor astillero privado de España, ha sido desde sus orígenes pionero en nuevas construcciones, desde los pesqueros que provocaron el despertar del sector naval vigués a buques offshore y de pasaje. Con este nuevo encargo de Ritz-Carlton, que será presentado el próximo martes, la factoría de Beiramar estrenará un nuevo segmento de buques, el de los cruceros de expedición ultrapremium: de menor tamaño que un crucero tradicional (inferiores a 200 metros de eslora) y con unos requerimientos y exigencias de calidad y acabados nunca vistos antes. Este barco representa un nuevo desafío técnico para Barreras, que ya fue pionero en la obra de floteles y sísmicos.

De hecho, Barreras construyó el primer flotel concebido como tal, el Edda Fides, de 130 metros de eslora por 27 de manga y con capacidad para acomodar a 600 trabajadores de plataformas de extracción de hidrocarburos. Este buque, entregado en 2011 a la armadora noruega Østensjø Rederi, marcó un antes y un después por los servicios que integraba. Y fue clave para que Petróleos Mexicanos (Pemex) encargase una unidad similar al astillero vigués en 2013, el Reforma Pemex, consolidando al astillero vigués como el mayor especialista en floteles. Este buque, entregado el pasado otoño, cuenta con camarotes para acoger a 608 pasajeros y 91 tripulantes, está dotado con un sistema de posicionamiento dinámico de última generación e incorpora dos grúas, cada una con capacidad de elevación de 15 toneladas, hasta una altura de 20 metros.

En el mercado offshore, muy castigado en estos últimos años por la caída de los precios del crudo y la suspensión del antiguo tax lease en 2011, un astillero de referencia internacional es MetalShips & Docks, la división de acero del grupo vigués Rodman. De sus gradas han salido buques como el North Sea Giant, que ganó en 2012 el premio Offshore support vessel of the year, el Deep Orient, el North Ocean 105 o el Lay Vessel 108. Este último, un pipelay construction support vessel (PLSV), es decir, un barco especializado en tendido de tuberías submarinas para las plataformas de extracción de petróleo, tiene 135 metros de eslora y 27 de manga y está considerado uno de los más buques sofisticados de su segmento.

La ría de Vigo también es reconocida a nivel internacional por sus buques de investigación oceanográfica y pesquera, mercado en el que Freire es el máximo exponente, con auténticos laboratorios flotantes como el Sarmiento de Gamboa, el RRS Discovery, el Janan o el BAP Carrasco de la Marina de Guerra de Perú, considerados por la comunidad científica los oceanográficos más avanzados del mundo, por características y equipamiento. El RRS Discovery, de 99,7 metros de eslora y propiedad del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural del Reino Unido (NERC, en sus siglas en inglés), había sido elegido por votación popular el buque más destacado construido en España en 2013, en el concurso que todos los años organizan los ingenieros navales.

Otro buque singular construido por Freire, y que está a punto de comenzar sus pruebas de mar es el velero Bima Suci. Se trata del mayor buque escuela construido en la Ría, con 110 metros de eslora y capacidad para alojar a 200 personas a bordo. Encargado por el Ministerio de Defensa de Indonesia para el entrenamiento de cadetes de la Armada nacional, ha representado un desafío por el velamen que despliega: 3.350 metros cuadrados de paño en un aparejo Bricbarca (tres palos, al estilo bergantín).

La ría de Vigo también tiene experiencia en superyates, con dos referentes: el Naia (antes Pegaso), obra de Freire, y el Maybe, de MetalShips. El primero, concebido en origen como oceanográfico de lujo, es el mayor superyate construido en España, con 73 metros de eslora y una autonomía de 10.000 millas náuticas, con lo que sería capaz de navegar hasta Australia y volver sin necesidad de repostar, además de alcanzar una velocidad máxima de 17 nudos. El Maybe, de casco de acero y superestructura de aluminio, tiene 59 metros de eslora por 10,7 de manga, puede alcanzar una velocidad máxima de 17 nudos, de crucero de 14 y autonomía de 5.000 millas a 12 nudos.