La patronal europea de la industria naval, SEA Europe, que esta semana ha celebrado su asamblea general en Vigo, ha destacado la "capacidad" y "especialización" de los astilleros gallegos para abordar proyectos de construcción singulares como pueden ser buques de investigación oceanográfica, offshore (floteles, sísmicos, supplies, etc.), los buques escuela y próximamente, los cruceros de expedición. Un total de 36 representantes de las factorías e industrias auxiliares más importantes de Europa han participado en esta cumbre, en la que se ha acordado el relevo en la presidencia: Kjersti Kleven, del astillero noruego Kleven Industries, presidirá SEA Europe durante los próximos dos años en sustitución de Kjeld Dittmann, del astillero danés Lyngsoe Marine.

SEA Europe ha elegido Vigo para su primera reunión en España de su asamblea general gracias a la invitación de Aclunaga y Navantia, que son socios fundadores de la organización. El encuentro, que se celebró en instalaciones de la Autoridad Portuaria, contó con la presencia, entre otros, del presidente de los astilleros alemanes Meyer Werft, Bernard Meyer, que tuvo ocasión de visitar el astillero Freire. También participaron el el secretario general técnico de la Consellería de Economía, Borja Verea, y el presidente del Puerto, Enrique López Veiga. En el marco del evento se celebraron varias reuniones de los grupos de trabajo de SMRC (Ship Maintenance, Repair & Conversion), Sea Naval y Euroyards.

La asamblea se celebró en un contexto de recuperación de la industria naval con algunas excepciones. Según las estadísticas de SEA Europe, el conjunto de países de la Unión Europea (UE-28) y Noruega contrataron buques el año pasado por valor de 18.000 millones de dólares (16.067 millones de euros al cambio actual), la mitad de lo firmado en todo el mundo.

La principal razón de este crecimiento espectacular a nivel europeo se encuentra en la elevada demanda de buques de pasaje, especialmente cruceros, que ha permitido a las factorías comunitarias esquivar en parte el fuerte impacto de la depreciación del petróleo, cuyos efectos han sido más intensos en los astilleros asiáticos, sobre todo en China, Corea y Japón.