La amenaza de una baja asistencia debido a que el Primero de Mayo coincidía en lunes se disipó a partir de las 11.00 horas, cuando la primera manifestación del Día Internacional del Trabajador tomó la calle para reclamar una solución a los "salarios precarios" y al actual reparto de la riqueza, desigual entre las remuneraciones de los asalariados y el beneficio empresarial. Mientras desde Madrid CC OO y UGT advertían a la patronal de "un calvario" si no se obtenían mejoras salariales en el proceso de negociación colectiva que se mantiene abierto, miles de personas salieron a las calles viguesas con la intención de mostrar su malestar con la situación laboral. Los sindicatos coincidieron a la hora de reclamar la derogación de la reforma laboral y de la llama Ley Mordaza, a la vez que pedían una "recuperación" de los derechos laborales.

La CIG eligió la ciudad olívica para celebrar su acto central congregando a más de 10.000 personas -según la Policía Local; unas 15.000 según la organización-, en el que Suso Seixo, secretario general, cargó contra los partidos de la oposición en el Gobierno por no derogar la reforma laboral "aprovechar" que el PP ya no tiene mayoría absoluta. "Denunciamos la actitud de las centrales sindicales CC OO y UGT de entreguismo y colaboración con el poder, que ha supuesto desmovilizar a la clase trabajadora y la pérdida de derechos", indicó Seixo.

Acompañado por la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón; el portavoz de En Marea, Luís Villares, y el histórico dirigente nacionalista Xosé Manuel Beiras, la marcha de la CIG tuvo un tinte político en el que no faltaron críticas al Gobierno nacional y autonómico. Así, Pontón criticó que desde el PP "pregonen una salida de la crisis cuando miles de trabajadores siguen en paro y en situación de precariedad", mientras que Villares reclamó "la derogación de las reformas laborales".

La marcha, con consignas como trabajo temporal, terrorismo patronal, viva la lucha sindical o huelga general, ni un paso atrás, partió sobre las 12.00 horas del cruce entre Urzáiz y A Doblada con dirección a Porta do Sol. Media hora antes, el autobús inglés routemaster de CC OO y UGT partió desde Vía Norte en dirección a la calle Concepción Arenal para liderar la manifestación conjunta de ambos sindicatos, acompañados del alcalde, Abel Caballero, y el concejal David Regades.

Amelia Pérez, de Comisiones, opinó que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "debería dimitir por decencia", ya que a su juicio la Administración "ha demostrado ser ineficaz e indecente". Para la secretaria general de la unión comarcal de Comisiones en Vigo este "es el momento del cambio" y que "otras políticas" son posibles, citando el caso de Portugal, "que evoluciona de forma positiva".

Por su parte, Domingo Barros, miembro de la gestora de UGT, recordó que ambos sindicatos se encuentran "celebrando 40 años de libertad" desde que fueron legalizados y reivindicó un "trabajo estable" y "pensiones dignas", al mismo tiempo que indicó que "los partidos de izquierda" tienen que "sentir la movilización" de los trabajadores "en el cogote".

Manifestaciones como esta no tuvieron lugar solo en Vigo, sino que en otras ciudades gallegas se vivieron marchas similares que congreraron a miles de personas celebrando el Primero de Mayo.