El Gobierno español formalizó ayer el aumento de su previsión de crecimiento económico en dos décimas para este año (lo elevó del 2,5% que estableció el 31 de marzo al 2,7%, como adelantó Mariano Rajoy hace apenas ocho días) pero no modificó sus previsiones de empleo y de paro, evidenciando con ello que habían sido sobreestimadas hace un mes en el cuadro macroeconómico del proyecto de presupuestos.

El nuevo escenario macro, aprobado ayer con el programa de estabilidad, prevé que en 2020 España se acerque al récord de ocupación histórica. El Gobierno espera llegar a 20,50 millones de ocupados: dos millones más que a fines de 2016, pero aún ligeramente por debajo de los 20,51 millones del tercer trimestre de 2007, antes de la crisis. La tasa de paro, aunque caerá -según el ejecutivo- en 7,4 puntos respecto al cierre de 2016, seguirá en doble dígito (11,2% de la población activa), lejos aún del 7,95% que se alcanzó durante el primer Gobierno de Zapatero, en el segundo trimestre de 2007.

Los grandes datos presentados por los ministros de Economía y Hacienda, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, incluyen una revisión de dos décimas al alza del crecimiento previsto para este año, hasta el 2,7%, y de una décima para el de 2018, hasta el 2,5%, mientras que para 2019 y 2020 los avances pronosticados son del 2,4%.

El empleo registrará tasas de crecimiento ligeramente inferiores a las del PIB, de entre el 2,5% y el 2,3%, suficientes para propiciar la creación de 1.996.000 empleos hasta 2020 en términos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

El desempleo se reducirá en 1.662.000 personas en el periodo, hasta 2,57 millones a final de 2020, con lo que la tasa de paro bajará del 18,6% de 2016 al 16,6% de 2017, al 12,9% en 2019 y al 11,2% en 2020.

Consumo e inversión

El empleo se sustentará en un crecimiento económico que seguirá estando liderado por el consumo y la inversión, aunque De Guindos ha hecho hincapié en que las reformas estructurales llevadas a cabo en España han propiciado un patrón más equilibrado, si bien la demanda interna mantendrá la mayor contribución. Del crecimiento del 2,7% previsto para 2017, 2,2 puntos serán aportados por la demanda nacional y 0,5 puntos por el sector exterior, después de que el consumo privado crezca un 2,6%; la inversión, un 2,8%; las exportaciones, un 5,5%, y las importaciones, un 4,3%.

La senda fiscal tiene como novedad el objetivo de déficit público para 2020, que el Gobierno ha fijado en el 0,5% del PIB, que será achacable exclusivamente a la Seguridad Social, mientras para la administración central, comunidades autónomas y ayuntamientos se prevé el equilibrio.

El PIB se aceleró una décima entre enero y marzo (hasta el 0,8%), dijo el INE (3% en tasa anual) aunque la deuda pública marcó otro nuevo techo en marzo. La tasa trimestral del 0,8% coincide con la estimación realizada por el Banco de España y prácticamente con las previsiones del Gobierno.