Pescanova ha sido históricamente una compañía insomne. Su huella iba desde Porvenir (Chile) al Golfo de Carpentaria (Australia); de Castletownbere (Irlanda) a Capetón (Cape Town, Sudáfrica), con amaneceres y quehaceres continuos. Aunque los últimos tiempos sus desvelos han salido más del juzgado que de los barcos, la de hoy pudo haber sido la primera noche tranquila de la multinacional en muchos años. Porque Pescanova no solo ha equilibrado su balance con una ampliación de capital de 135 millones (firmada el día 19 de abril), sino que ha despejado cualquier incertidumbre empresarial y laboral hasta 2020. Tras más de veinte horas de reunión la dirección de la empresa y los representantes sindicales sellaron un acuerdo que regulará las condiciones laborales de sus centros en Galicia y que será de aplicación para unas 700 trabajadores de Chapela, Porriño y Arteixo. El documento todavía debe ser ratificado por los empleados, aunque desde los sindicatos auguran que "saldrá adelante".

El contenido del pacto evidencia las cesiones de ambas partes, propiciadas por la mediación de José María Casas de Ron y Verónica Martínez Barbero. Pescanova subirá los salarios por encima de lo que había ofrecido en la última reunión y tendrá más costes laborales de los que había calculado, pero ha logrado sacar adelante la columna vertebral de su propuesta. De un lado, se garantiza la flexibilidad en la producción con la creación de un cuarto turno de trabajo de lunes a domingo para atender picos de demanda; por otro, logra rebajar a futuro la nómina de la plantilla con salarios que partirán de los 13.700 euros para los nuevos contratados. "Con el actual sistema había personas que se formaban pero al año se iban porque estaban en ETTs", exponen fuentes de la negociación. Nueva Pescanova, y así consta en el acuerdo, se ha comprometido a "reducir al mínimo" la utilización de este tipo de empresas, que prestaban servicio en las antiguas Frivipesca o Frinova.

"Empresa y representantes de los trabajadores han sabido estar a la altura de las circunstancias", valoró el consejero delegado (CEO), Ignacio González. "La productividad y la eficiencia son la garantía de futuro de Pescanova". El directivo había loado públicamente las palabras del patrón de PSA, Carlos Tavares, quien pronunció una sentencia similar tras la compra de Opel y en relación a la continuidad de las fábricas y los empleos. "Lo que nos protege es la eficiencia", exclamó el portugués. "Lo mismo ocurre en todas las industrias. Tomemos nota", replicó González en su cuenta de Twitter.

El salario de los trabajadores subirá un 1% para 2016, con otro 0,25% variable por cumplimiento de objetivos. El tramo variable del 0,25% se mantendrá para 2017 y 2018, aunque en este caso el tramo fijo se elevará al 1,25%. Para 2019 y 2020 los salarios se incrementarán el 1,5%. En caso de que la inflación supere el 2,2% se aplicarán ajustes bianuales para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo. "No es lo mismo negociar con una empresa dirigida por una persona que con una multinacional de este tipo", acataban fuentes sindicales. "El acuerdo minimiza el impacto de las pretensiones de la empresa y transforma empleo precario por empleo estable", analizó CC OO. Esta central someterá el documento a referéndum en todos los centros de trabajo con voto secreto. El resto de organizaciones sindicales (CIG, UGT, CUT y USO), las que promovieron las dos primeras jornadas de huelga en la historia del grupo, la someterán al escrutinio de una asamblea este sábado en Chapela, razón por la que han eludido valorar de momento su contenido.