Shanghai Kaichuang, la firma cotizada del holding chino Shanghai Fisheries General Corp (SFGC), ha rentabilizado en solo seis meses la compra de la histórica conservera Hijos de Carlos Albo. La compañía pesquera mejoró un 70% sus ingresos en 2016 en comparación con el ejercicio anterior al haber computado un volumen de facturación de 155,5 millones de euros, lo que le permitió también dejar atrás los números rojos. El beneficio neto ascendió a más de tres millones de euros (25.148.649 yuanes, al cambio actual), frente a las pérdidas de más de trece millones de 2015. La compañía viguesa, transferida formalmente en junio, permitió a su nueva matriz mejorar sus márgenes y generar sinergias porque ésta es proveedora de materia prima: mientras que las ventas avanzaron ese 70%, el gasto en aprovisionamientos creció diez puntos menos.
El grupo asiático resaltó a Shanghai Stock Exchange (la Bolsa Shanghái) la "importancia estratégica" que la actividad pesquera de larga distancia tiene para el Gobierno de Pekín, que ofrece un "gran apoyo para el desarrollo" del sector. En las propias cuentas de Shanghai Kaichuang, a las que ha tenido acceso FARO, consta una subvención a fondo perdido de casi veinte millones de euros de dinero público, de los que algo menos de 230.000 euros se destinaron a la compra de Hijos de Carlos Albo. Otros 1.200 euros se gastaron en "formación" para la conservera. Pero el grueso de la aportación estatal se gastó en una partida para el "desarrollo de recursos pesqueros" y "nuevas tecnologías" (18,7 millones). Según la Comisión Europea Pekín subvenciona la actividad pesquera con 5.230 millones de euros al año para la compra de barcos, empresas, ayudas al combustible o exenciones fiscales.
Al margen del impacto positivo de la integración de Albo (sus ventas superaron los 87 millones, algo por debajo de lo esperado, y el beneficio superó los tres millones) el año pasado fue complicado para el grupo asiático. La flota atunera faenó 60.200 toneladas y la arrastrera otras 40.400, en ambos casos por debajo de los datos de 2015. El mercado de túnidos fue más rentable gracias al incremento de los precios, pero las ventas de los buques de arrastre (caballa, jurel o bacalao) cayeron un 45%. Sus barcos operan en el Mar de Bering, Ártico, Islas Marshall, Micronesia, Kiribati y Nauru, como consta en el informe anual. En Argentina es propietaria de Altamare, exfilial del grupo vigués Pereira, y de Chiarpesca.
