Ibérica de Congelados (Iberconsa) es la cuarta operadora de España en la industria de elaborados de productos del mar, solo por detrás de Pescanova, Profand y Mascato. La entrada de un accionista de control a finales de 2015, la gestora de capital riesgo Portobello, ha avivado su carácter expansivo y la ha convertido en el actor del mercado que más ha elevado su capacidad extractiva en los dos últimos años. Desde entonces ha incorporado ocho pesqueros con una capacidad de más de 4.500 toneladas de arqueo bruto ( Gross Tonnage, GT), casi un 40% más de las que tenía y que erigen a la firma viguesa como líder del congelado de merluza a bordo. El destino de los pesqueros ha sido Namibia (merluza, rosada y rape) y Argentina. En este caladero, donde también captura estas especies, el foco está puesto en el langostino, producto que la compañía pretende desestacionalizar y llevarlo al plato más allá de las Navidades.
"Es un player muy relevante. No solo por ser un competidor, sino porque está actuando como agente dinamizador. Todos nos estamos moviendo", expone un directivo de la industria, que confiesa que la "consolidación [concentración en el sector] irá más rápido de lo que pensábamos". La compañía que dirige Alberto Freire ha alcanzado los 25 buques pesqueros con el Ventarrón 1, un arrastrero congelador de 66,5 metros con 1.300 toneladas GT. Construido en Murueta, pertenecía hasta ahora al grupo local Valastro (a su presidente se le conoce de hecho con el apodo de Ventarrón en Mar del Plata, según fuentes del sector). La estrategia Iberconsa ha sido de doble vía: adquisición de buques ya operativos en los caladeros de destino y compra de barcos de Gran Sol para su reforma y posterior exportación. Una tercera, coyuntural, la ejecutó con el rescate de dos naves de una empresa en concurso, la argentina Santa Elena.
El Bogavante Segundo, Minchos Octavo y Minchos Noveno eran buques de Gran Sol que se adaptaron para faenar langostino y merluza en Argentina y Namibia. Los dos primeros fueron equipados con tangones, y los dos minchos fueron sometidos a un alargamiento de cinco metros, además de una remodelación y nuevo reparto del espacio en el parque de pesca. Las obras se realizaron en el astillero Construcciones Navales Paulino Freire. En paralelo a la incorporación de estos barcos la compañía procedió a retirar el Antártida, como trasladó al Consejo Federal Pesquero (CNP) argentino. Ya ex de Antártida Pesquera Industrial (API SA), era de 1967 y tenía una capacidad de 1.383 toneladas GT.
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Por operaciones como las de Iberconsa (exportación de buques), Galicia fue la comunidad que más barcos pesqueros entregó al extranjero el año pasado, gracias sobre todo al arrastrero de 69 metros Holmøy a la noruega Prestfjord Havfiske. La transacción ascendió a 52,6 millones de euros. Argentina y Namibia fueron los siguientes países que recibieron más embarcaciones. Las ventas sumaron un total de 72,23 millones.
