Cuando la mayor multinacional pesquera española y la quinta de Europa (a falta de los resultados de 2016) configuró su equipo directivo apostó por un perfil muy financiero, con personas especializadas en reestructuraciones (Raimon Trias, Elena Salgado) o expertos en banca (Ricard Iglesias, Mariano Riestra o su presidente, Jacobo González-Robatto). El objetivo inmediato era reconducir Pescanova, que había incumplido objetivos y acumulaba pérdidas de 32 millones. Ayer aprobó una operación que rebaja su deuda en 340,3 millones de euros, con la que prevé volver a beneficios en 2018 y que permitirá que sus accionistas, también acreedores, hagan caja en el momento de desinvertir. Será entonces cuando la banca, que sufrió quitas de 1.560 millones con el rescate del grupo, busque un inversor "con vocación de permanencia" o saque Nueva Pescanova a Bolsa.

Y negociará una de las dos salidas con el holding íntegro, sin desmembrar. "Han hecho ofertas por filiales en Centroamérica, pero les han dicho que no plantearan una cifra siquiera, que no hay nada en venta", asegura un inversor y confirman desde las entidades. El único activo prescindible, y ya ni figura en el perímetro de consolidación, es la macroplanta de rodaballo de Mira. La filial está en preconcurso y en su lista de acreedores Pescanova declara una deuda de 40,7 millones. Ya en tiempos de Manuel Fernández de Sousa el grupo tailandés Charoen Pokphand trató de hacerse con el 60% del negocio acuícola, pero la empresa (era abril de 2013) estaba ya en preconcurso. "Si las cosas se hacen bien cuando llegue el momento de vender, en dos años, la empresa podría valer 1.500 millones", dice uno de sus nuevos socios, que asistió ayer en Redondela a la junta extraordinaria de accionistas.

Una de las tareas pendientes del equipo de Robatto y Trias (el director financiero o CFO) es la reestructuración de la deuda en filiales extranjeras, que a cierre de 2015 ascendía a 250 millones y que devenga tipos de interés de hasta el 10,5%, tres veces por encima del coste de la deuda postconcursal. "Hay cosas por hacer pero la empresa va como un tiro", ilustran desde uno de los bancos. En 2016 el Ebitda ascendió a 68 millones, un 50% más que el ejercicio anterior.

La operación

La ampliación, como avanzó FARO, eleva el capital de 12,18 a 147,6 millones de euros, y permitirá "acometer el plan estratégico y de viabilidad", destacó la compañía. Sin ella, y lo habían repetido como un mantra desde Chapela, los socios no pondrían a disposición de Pescanova los 125 millones que se invertirán en barcos o instalaciones productivas hasta 2020. Dos de los buques, los primeros que encarga la empresa desde 1987, se entregarán el año que viene para Mozambique y Namibia. "La cuestión principal no está en las cuotas de pesca, que no van a crecer, sino en hacer más rentable la actividad extractiva", exponen fuentes próximas al grupo. Y, sobre todo, en "hacer las fábricas más eficientes".

Aquí es donde la acuicultura jugará un papel fundamental porque los demás players del sector en España no disponen de granjas propias y porque las plantas de Ecuador, Nicaragua o Perú están a la mitad de capacidad. Salvo la ampliación de la fábrica de Francia el plan estratégico no incluye inversiones en el área acuícola: la materia prima que se vaya a elaborar a mayores, sobre todo en Ecuador (Promarisco) se obtendrá de proveedores externos. La primera gran apuesta del grupo será la construcción de un centro de I+D acuícola en O Grove por el "potencial" que tiene para desarrollar una nueva especie criada en cautividad. Probará con el lenguado, el pulpo, la sepia o el carabinero.

En la junta González-Robatto agradeció de nuevo a los acreedores y socios (mantienen esta doble condición) por "volver a apoyar, confiar e invertir en el futuro de esta nueva compañía. Es la segunda vez que, literalmente, salvan este grupo y la responsabilidad que asumimos todos los que lo formamos para responder a esa confianza es enorme". La solución a la crisis laboral por la negociación del convenio no fue objeto de análisis en la asamblea. La próxima cita, para la que aún no hay fecha, será la que deba aprobar las cuentas anuales de 2016.