La empresa en que Pescanova aspira a convertirse en 2020 está más lejos que hace un año, cuando su consejero delegado (Ignacio González) acababa de aterrizar, cuando no había acuerdo para rebajar su deuda y cuando no había iniciado las negociaciones del nuevo convenio colectivo. Esta es la percepción de la dirección del grupo, a la que los accionistas (que son también acreedores) reclaman para este año una reducción de costes de 14,3 millones de euros, previstos en el plan estratégico que aprobaron el 20 de enero. Una cuarta parte (3,9 millones) está vinculada a una "mejor eficiencia de la red industrial". El convenio propuesto por la dirección aspira a eliminar la ineficiencia en costes que ha detectado en las plantas de producción, pero ha generado una contestación desconocida en la plantilla en Pescanova. La multinacional lo tiene claro: no se realizarán las inversiones asociadas al plan estratégico en un clima de conflictividad laboral.
En Chapela creen que esta batalla es el muro que separa la Pescanova actual y la de 2020, pugna sobre la que subyace una propuesta de convenio que quiere equiparar los costes laborales a los de la competencia. Es una maniobra a largo plazo, afecta principalmente a los nuevos contratos, que serán la plantilla de la futura Pescanova. Pero, ¿cómo son los convenios de sus competidores. La mayoría la industria de elaboración de productos del mar se rige por el convenio estatal, en las antípodas de los últimos que se firmaron en Frinova (Porriño), Frivipesca (Chapela) o Bajamar Séptima (Arteixo). En la primera de estas filiales, por ejemplo, el salario más bajo según su convenio era de 13.781,12 euros (mozo de almacén); en el estatal de elaborados este mismo puesto se paga a 12.019,56 euros. Un operario especializado de Frinova percibe 19.087,64 euros; uno de la competencia, 12.525,38. Es una diferencia del 34%.
Estructura de costes
Si se comparan los ingresos de explotación con los costes de personal, Pescanova dobla a algunos de sus rivales en el sector, que aplican el convenio estatal de elaborados. En 2015 (diciembre, cuando arrancó Nueva Pescanova) la relación entre ingresos y gastos de plantilla a nivel consolidado fue del 14,3%; en Mascato Salvaterra (factoría de la viguesa, interproveedora de Mercadona, en España) fue del 4,39%. En Pereira los costes salariales tuvieron un peso del 6,17%, por el 7% de Fandicosta, el 5,5% de Noribérica o el 10,4% de Cabomar. Se acercaron más Profand (11,3%, con datos consolidados del grupo) y Angulas Aguinaga (13,9%, con convenio alimentario de Guipuzkoa). Superaron la media de Pescanova Numarsi y Pescapuerta, ambas con un 19% de coste en salarios sobre ingresos de explotación. Pescapuerta tiene convenio propio.
Hay fuertes diferencias entre las subsidiarias industriales del grupo, tanto las integradas en Pescanova España (Galicia y Valencia). Los últimos datos de la absorbida Frinova (2014) muestran una facturación de 32 millones y un coste salarial de seis. La ratio es del 18,75%, cinco puntos más alta que antes del concurso. En Fricatamar (Algemesí, Valencia) la partida de salarios se come un 7,8% de los ingresos de explotación, y en 2011 este porcentaje no llegaba al 4,5%. Si en 2020 la mitad de la plantilla estuviese sujeta al convenio que propone Pescanova, el pesco del coste de personal sobre la facturación (estimando un incremento del 50% de las ventas, que es la previsión para todo el grupo) sería de algo menos del 8%. A diferencia del convenio estatal, Pescanova reitera que el suyo ofrece ascensos, antigüedad en trienios, transporte, misma jornada anual y cero despidos; para la plantilla esto no es suficiente.
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La plantilla mantiene la huelga del 21 y convoca una manifestación
- Los trabajadores de Nueva Pescanova han convocado una manifestación el próximo día 21, en coincidencia con la segunda jornada de huelga convocada en la compañía, para dar "eco social y ciudadano" al conflicto laboral abierto con la negociación de los convenios. La marcha, convocada por los sindicatos CIG, CUT, UGT y USO, partirá a las 10.00 horas de la Vía Norte de Vigo y rematará en el cruce de las calles Policarpo Sanz y Colón, donde se ubican oficinas de varias entidades bancarias que forman parte del grupo conocido como G7, "propietario mayoritario" de la empresa. Así lo anunció ayer el responsable de Alimentación de la CIG, Xosé Fernández Piñeiro, en una rueda de prensa en la que también participaron Ricardo Castro, de CUT; Teresa Varela, de USO; e Ignacio Couñago, de UGT. Fernández Piñeiro destacó que la primera jornada de huelga en Nueva Pescanova, desarrollada el pasado 14 de marzo, fue "un éxito absoluto" y obtuvo "una participación importantísima". El responsable sindical advirtió además que este "conflicto laboral" será "largo" y aseguró que los trabajadores continuarán desarrollando acciones si la empresa "no mueve su posición y se sienta a negociar", en cuyo caso, zanjó, "la recibiremos con los brazos abiertos". También reveló que los mencionados sindicatos prevén dar "eco social y ciudadano" al conflicto, para que los clientes o potenciales clientes de Nueva Pescanova conozcan la "realidad".Couñago, sobre la intención de la compañía de implantar el convenio colectivo de productos elaborados del mar con procesos de congelación y refrigeración si no se alcanza un acuerdo, advirtió que esta opción no es posible al existir "un convenio propio", como refrendan algunas sentencias sobre casos similares.
