Jorge Cebreiros Arce someterá mañana al gobierno de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) su propuesta de baja temporal de la patronal gallega (Confederación de Empresarios de Galicia) por su inacción ante a los problemas reales que afectan a las empresas del sur y por la falta de confianza en su presidente, Antón Arias, y su actual equipo.

-¿Habrá escisión?

-No hablaría tanto de escisión como de tomarse un tiempo prudencial para reflexionar y concentrarnos en los temas que realmente nos interesan. La propuesta del lunes es muy personal, del presidente de la CEP, después de un análisis profundo de lo que ha hecho la Confederación de Empresarios de Galicia por la provincia de Pontevedra en los últimos años. ¿En qué se ha esforzado? En tratar de cambiar unos estatutos -que no se ha podido-, en trasladar una imagen de desunión y de juegos de tronos por el poder, donde todo vale o todo parece valer? No es la imagen que están buscando los empresarios.

-¿No ha abordado los problemas reales del empresariado?

-Los empresarios tenemos problemas concretos, y este año que se cumple el 40 aniversario de la fundación de la CEG, los fundadores lo que queríamos era que hubiese una voz que se hiciese eco de esos problemas, y los trasladase a las administraciones. Esa esencia se ha perdido en el último año.

-¿Cuál fue la gota que colmó el vaso?

-Tomando como referencia el último año, la falta de posicionamiento de la CEG en temas clave para las empresas de Pontevedra. No he visto en ningún momento que nadie defendiera la variante de Cerdedo para el tráfico ferroviario de viajeros, como tampoco he visto que se defendiesen los tres puertos de interés general del Estado de la provincia, con los problemas de competencia de Leixões. No he visto que nadie saliera a defender Peinador como un aeropuerto de referencia ante la presión de Oporto. No he visto que mis colegas del norte, por así decirlo, hayan salido a defender a Pontevedra. Pero no solo eso, nada del registro de autónomos, nada de la modificación del Impuesto de Sociedades con carácter retroactivo, nada de la tesorería ociosa? Nada de nada.

-Esta queja, ¿se la ha transmitido personalmente al nuevo presidente de la CEG?

-Lo que le transmití a Arias ya lo habíamos expuesto en el comité ejecutivo. La CEG tiene que implicarse en los problemas de las empresas, porque de lo contrario no tiene ningún sentido la Confederación. A mí me gustaría que después de un mes en el cargo nos hubiese definido cuál es su modelo para la CEG. Pero su modelo no puede estar basado en modificar estatutos y en definir representatividad y el perfil del secretario general. A mí, como empresario, eso no me importa. Quiero saber si vamos a ser reivindicativos. ¿Por qué modelo de tráfico ferroviario apostamos? ¿Que entre por Vigo o por A Coruña? ¿Apostamos por tener que ir a Leixões o a Sines o porque nuestros colegas portugueses se den cuenta de que para ir a Madrid o a París hay que pasar por Vigo? Todo esto es lo que me gustaría oír de un presidente de la CEG.

-¿Hay un compromiso diferente con las otras provincias?

-Cuando Arias viene a Vigo y se reúne con la junta de vicepresidentes no sale diciendo que va a hacer una apuesta decidida por el naval, el metal u otros sectores. Sin embargo va a Lugo y dice que va a hacer una apuesta decidida por las infraestructuras. ¿En Pontevedra no tenemos infraestructuras? Y cuando se reúne con A Coruña inmediatamente piden una reunión con la consellería correspondiente para hablar de obra civil. ¿Qué pasa, en Pontevedra no tenemos? Tenemos que seguir invirtiendo miles de millones en determinadas infraestructuras que están en A Coruña y resulta que en Vigo no pasa nada porque no tengamos el AVE por Cerdedo y que nos conformemos porque para ir a Madrid tengamos que ir a Santiago, hacer trasbordo, bajar a Ourense y luego seguir. ¿Qué opina la CEG?

-¿Espera un respaldo a su propuesta mañana?

-He planteado una posición muy personal. No quiero perder el tiempo en la CEG. No quiero ir a reuniones de comités ejecutivos y juntas directivas en las que se hable de eso, secretarios, estatutos? Lo que le voy a pedir a mis compañeros es que me validen para poder no ir. No es una escisión, ni una baja. Es lo previo a un divorcio.

-Una separación.

-Vamos a darnos un tiempo para reflexionar. Si nosotros realmente somos capaces de aportar a la CEG y si la CEG es capaz de ser sensible con las demandas de este territorio, que son muy específicas. Claro, A Coruña no tiene la competencia de Portugal. Lugo tampoco. Pero nosotros sí. Hay unas realidades de cada territorio que la CEG tendría que defender o por lo menos, debatir. Nos damos un tiempo y nosotros nos centraremos en defender a los empresarios de Pontevedra. Y como creo que no voy a encontrar demasiada ayuda en la CEG para poder luchar esta batalla, prefiero que Pontevedra sea libre.

-¿Se siente de alguna manera representado por la CEG?

-No, no, no? Desde hace más de un año que no. Por eso me sorprende que Arias diga que todas las diferencias son por el pasado. No es verdad. En el pasado es verdad que no nos hemos sentido representados, pero ahora los motivos que nos han llevado a dar este paso es que no vale todo. Es muy difícil entender que en el último momento, en la bocina del descuento, te cuelen un gol, que alguien no cumpla con un compromiso al que unas personas adultas llegan en una mesa, y que no pase nada. Creo que sería dramático que la sociedad piense eso de los empresarios. Que somos capaces de decir el martes una cosa, el viernes la contraria y no pasa nada. Sí pasa. Por eso alguien debería, no ya pedir perdón, que es un concepto demasiado religioso, pero sí que alguien entienda nuestra situación, que se ponga por un momento en nuestra piel y reconozca que han cometido un error. Sería un paso de gigantes.

-Hay una crisis de confianza.

-No tengo el convencimiento de que si traslado algo a una mesa de la junta de vicepresidentes de la CEG se traslade exactamente igual a un presidente de la Xunta o a un conselleiro. Porque si me han engañado con algo tan tonto como presentar un candidato?