Gradiant presentó ayer su último producto, una nueva tecnología capaz de monitorizar la respiración de un individuo a través de la radiofrecuencia para alertar en tiempo real en caso de que la persona necesite asistencia médica. El LifeSensor, que en este momento está siendo testado en cárceles de Reino Unido, podría ser utilizado en calabozos, hospitales o centros geriátricos. Con un mercado tan amplio y un precio por unidad de unos 15.000 euros, Gradiant aspira a lograr unos 4 millones de euros, según explicaron los responsables del centro tecnológico vigués en la presentación de resultados del pasado año.

Este "sensor de vida" fue ideado desde 2012 en el propio centro aunque su desarrollo no comenzó hasta 2013, como informó Jorge Munir, responsable de comunicaciones avanzadas. Con un equipo de seis ingenieros con Pablo González al frente, Gradiant informó que el producto será presentado en Madrid el próximo mes de marzo en la feria Homesec.

El objetivo es que LifeSensor. Para ello ya se está testando con una empresa que trabaja en el ámbito de la seguridad para el Gobierno británico, que tendrá la exclusividad para usar el producto en Reino Unido, Irlanda, Estados Unidos y Arabia.

Con un alcance (por el momento) de seis metros, la tecnología es capaz de atravesar incluso cemento y ya están trabajando en su extensión para labores de búsqueda y rescate, identificado como uno de los retos inminentes que tiene el proyecto.

Luis Pérez Freire, director general, indicó que el centro ingresó 4,4 millones de euros en 2016 y que cuenta con 91 profesionales. "Esperamos llegar a los 5,5 millones este año", comentó Freire, que también espera que los profesionales aumenten hasta los 97.