El fondo neoyorkino Broadbill Investment Partners, máximo accionista de Pescanova SA (o la vieja Pescanova) con el 11,564% del accionariado, quiere reconducir el futuro de la sociedad con un fichaje de altura. Tras el fracaso del pasado septiembre (trató de entrar en el consejo y de aplacar la ira de los socios contra la banca, que gestiona la pesquera), insiste de nuevo en plantar cara a los actuales gestores de la SA, a los que acusa de no trabajar para que ésta tenga futuro. Para cambiar esta dinámica ha convencido al exconsejero delegado de Iberia y British Airways, Rafael Sánchez-Lozano Turmo, uno de los cinco consejeros cuyo nombramiento propondrá en la junta del 22 de marzo. Broadbill, que adquirió toda su participación en el mercado gris (pagó la participación de Damm a entre uno y tres céntimos el título), también es acreedor de Nueva Pescanova.

Sánchez-Lozano trabajó en JP Morgan y Caja Madrid antes de entrar en Iberia, compañía que dejó en 2013. Ahora es presidente de Ikran Capital, que se define como "sociedad de inversión orientada a la toma de participaciones mayoritarias en pymes con un alto potencial de crecimiento y en empresas que requieran o se encuentren en un proceso de reestructuración". Junto a él Broadbill propone como consejeros a Luis Chicharro (Ibersuizas), Wilson Hudkins Cáceres (ex de BNP), Javier Gimeno de Priede (ex CEO de Antena 3) y Luis Martín (Abencys Reestructuraciones, portavoz del fondo). A Chicharro y a Hudkins los había propuesto ya en la junta de septiembre, pero la iniciativa de Broadbill no tuvo éxito. Entonces todavía no había adquirido el paquete accionarial de Damm.

El grupo norteamericano cuenta con el respaldo del expresidente de la compañía Manuel Fernández de Sousa, que según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) mantiene un 7,515% del accionariado, así como de otros empresarios de Vigo que se hicieron socios en los noventa. Ahora ha iniciado una campaña para captar el apoyo de otros dos fondos, Cartesian (5% del capital) y Luxempart (5,7%), aunque están más centrados en el procedimiento penal que se instruye en la Audiencia Nacional para tratar de recuperar la inversión que se dejaron en la compañía. Alfonso Paz-Andrade, que conserva algo más del 3%, también está en la agenda.

Al margen de los nombramientos el principal objetivo de Broadbill Partners es que la vieja Pescanova acuda a la ampliación de capital de la pesquera, que consideran una "oportunidad" en contra de la opinión del actual consejo. Por eso en las cuestiones adicionales que han incorporado a la orden del día (está pendiente de publicación por parte de la CNMV) está la de "mandatar a que sí se capitalice la deuda". Con esta operación el porcentaje de la antigua matriz en Nueva Pescanova rondaría el 3,6%, según sus cálculos; sin ella se quedaría en el 1,6%.

Resultados

Por otra parte, los administradores de Nueva Pescanova han estimado que la compañía cerró el ejercicio 2016 con pérdidas por valor de 37 millones de euros, aunque confían en mejorar sus resultados ya este año y volver a terreno positivo en 2018 si sale adelante su ampliación de capital. Las proyecciones, basadas en que salga adelante la capitalización del 35% del pasivo financiero de Nueva Pescanova, apuntan a que la firma gallega perdería siete millones de euros en el ejercicio 2017, para después ganar diez millones en 2018, 24 millones en 2019 y 38 millones en 2020. Las ventas ajustadas de la firma en 2016 fueron de 1.078 millones de euros, de acuerdo con estos mismos cálculos, y esperan que de seguir el plan de actuación trazado su facturación aumente un 35 %, hasta los 1.445 millones de euros en 2020.

La deuda neta de la empresa a fecha de 2015 superaba los 1.290 millones de euros, y en opinión de los administradores de Nueva Pescanova sin la recapitalización que propone a sus accionistas el Plan Estratégico Todos a una no sería viable.