Gradiant ha presentado los datos de 2016, año en el que el centro tecnológico vigués logró unos ingresos de 4,4 millones de euros. El director general, Luis Pérez Freire, ha explicado que en la actualidad cuentan con 91 profesionales y que trabajan para 48 clientes, consiguiendo el 21% de la facturación fuera de las fronteras españolas, principalmente en el resto de Europa y en América.

En la rueda de prensa de esta mañana en el Club Financiero de Vigo, los responsables del centro también presentaron una nueva tecnología denominada "LifeSensor". Se trata de un "sensor de vida" con el que se busca monitorizar la respiración a través de la tecnología de radiofrecuencia.

Enfocada para ser empleada en calabozos, hospitales o centros geriátricos, esta tecnología se desarrolla desde 2013 con un equipo de seis ingenieros y básicamente permite alertar en tiempo real cuando una persona deja de respirar, permitiendo así que sea asistida en el menor tiempo posible.

Por el momento el producto está siendo testado por una empresa que trabaja para el Gobierno británico, protagonizando la tercera fase del desarrollo. Cada unidad costaría unos 15.000 euros y sirve para monitorizar a una única persona.

Pablo González es el ingeniero de Gradiant que centró la creación de esta tecnología, que en el futuro también podría ser aplicada a vehículos no tripulados con el objetivo de dar una nueva vuelta de tuerca a las labores de búsqueda y rescate que puedan prestar los aparatos.

Como tercer centro de estas características en España, Gradiant aspira a llegar a los 97 profesionales y a unos ingresos de 5,5 millones de euros a lo largo de este año.