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La competencia en la Eurorregión

La industria y el ladrillo generan nuevo empleo en el norte de Portugal frente al estancamiento en Pontevedra

La región portuguesa genera 41.000 puestos de trabajo en tres años y la provincia apenas sufre cambios por la construcción -La tasa de paro es siete puntos inferior en el caso luso

Portugal se ha presentado como una opción "competitiva" para empresas necesitadas de elevar sus márgenes en un escenario totalmente globalizado. Salarios mucho más bajos, terreno barato e incentivos públicos han propiciado un aluvión de inversiones industriales.En los últimos tres años el sector secundario (industria y construcción) de la región ha creado 41.100 puestos de trabajo en la región norte del país, frente a la pérdida de 900 ocupados en ambas ramas en la provincia de Pontevedra. En el caso portugés el incremento porcentual ha sido del 8,3%; en el gallego ha decrecido en siete décimas. Si se separa la industria del ladrillo el primero de estos sectores sí habría elevado su ocupación en la provincia, pero en apenas siete décimas (600 personas)

La región norte portuguesa (comprende Minho-Lima, Cávado, Ave, Grande Porto, Tâmega, Entre Douro e Vouga, Douro y Alto Trás-os-Montes) tiene una población activa de 1,8 millones de personas, por los 435.000 de Pontevedra. Pero son territorios similares por su realidad socioeconómica y el peso de la industria en la generación de riqueza supera en ambos casos el 20%. A cierre de 2013 la población ocupada del norte portugués en el sector secundario ascendía a 501.700 personas; es ahora de 543.400 tras haber experimentado incrementos constantes de entre el 1 y el 4,5% en este periodo. En paralelo la tasa de paro en la misma región cerró el año en el 11,5% y tras haberse contraído un 30% en los tres últimos años.

El Instituto Galego de Estatística (IGE) constata una realidad distinta en Pontevedra respecto a la evolución del empleo. Entre 2013 y 2016 se destruyeron 900 puestos de trabajo en el sector secundario y la tasa de desempleo sigue en el 18,5% pese a haber descendido en algo más de seis puntos. El grueso del empleo creado se quedó en el macrosector servicios, donde los salarios son inferiores y la cualificación es habitualmente inferior. El empleo industrial y constructor de la provincia está a 35.500 efectivos de su nivel precrisis, sobre todo por el colapso de la promoción de obra civil (la contención presupuestaria) y residencial (la pérdida de empleo y falta de financiación). La recuperación del sector naval y la locomotora de los nuevos proyectos de PSA-Vigo no han servido por ahora para recuperar el empleo perdido.

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Como ha publicado FARO la masa salarial en la automoción en Galicia se sitúa en los 17.500 euros anuales por empleado, frente a los 8.900 euros en el norte de Portugal. Es un factor decisivo que se suma a promociones de suelo con una administración pública proactiva (en Galicia la Xunta apenas ha podido colocar una cuarta parte de suelo industrial ofertado). Y en la automoción es donde el Gobierno de Lisboa quiere centrar sus esfuerzos con ayuda de fondos europeos. La región norte está considerada como la de "menos desarrollo" del país y recibirá un tercio de los fondos Feder hasta 2020.

De los que se han adjudicado ya destacan apoyos a compañías de la automoción (como la mosense Valver, con 1,5 millones para una nueva planta en Paredes de Coura) o alimentación (Imperial), además de proyectos para la mejora de infraestructuras entre parques empresariales. Como avanzó este periódico las cámaras de Valença do Minho y Vila Nova de Cerveira promueven un megapolígono entre ambas localidades debido a la falta de espacio en los parques industriales públicos.

Solo en el área conocida como el Alto Minho, que comprende diez municipios al sur de la provincia de Pontevedra, hay 32 industrias españolas, la mayoría de capital vigués, que emplean en la actualidad a más de 3.200 trabajadores directos.En apenas dos años, el norte de Portugal ha recibido inversiones superiores a los 350 millones de euros. Y eso ha redundado en el valor añadido bruto (VAB, mide la riqueza generada por una actividad) de las empresas industriales de capital foráneo instaladas en la zona. En apenas tres años ha pasado de 216 a 294 millones de euros, un avance del 36%.

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