Un interés del 2% a diez años por una hipoteca de 1,2 millones de euros. Estas fueron las condiciones ofrecidas en diciembre por cinco entidades (lideradas por Abanca) para salvar de la quiebra a la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG). Se habían convocado ya elecciones pero los líderes de las patronales provinciales invocaban a una candidatura de consenso e, incluso, a una presidencia temporal rotatoria para evitar una mayor erosión de la organización. La pretendida unidad duró poco y la ruptura interna se evidenció con el resultado electoral (el presidente, Antón Arias, recabó los menores apoyos en los 36 años de la CEG) y una muesca en la cuenta corriente. Tras la nueva muestra de división las entidades han apreciado más riesgo y han encarecido el préstamo. La hipoteca subirá en unos 1.000 euros al mes.

El comité ejecutivo de la patronal gallega aprobó ayer estas condiciones, que pasan por abonar un interés del 2,8% más el Euríbor a un año y sin mínimo. Teniendo en cuenta que el plazo de devolución es de diez años el contrato hipotecario costará a la CEG unos 120.000 euros más, el 10% del principal a devolver. El resto de las condiciones (un año de carencia, comisión de apertura y comisión de agencia) son las mismas que en diciembre, según pudo saber FARO en fuentes financieras. En caso que la confeederación optase por amortizar el préstamo por adelantado (una de las posibilidades que estudió fue la venta del inmueble) no tendría que abonar una penalización.

Nombramientos

Pese al encarecimiento del contrato el patrón coruñés pudo aprobar la formalización de la hipoteca sin grandes sobresaltos, aunque el primer comité ejecutivo comandado por Antón Arias sí fue convulso. Sobre todo porque, según fuentes de la organización, representantes de la patronales de Pontevedra y Ourense mostraron su desaprobación a los nombramientos de tesorero y contador. Arias había notificado a los líderes provinciales que propondría a Roberto Almuiña (Asociación Galega de Áridos) y a David Sobral (Federación Gallega de Parques Empresariales) para estos cargos, pero sorprendió con el nombre de María Luisa Martínez (Cámara de Contratistas de A Coruña) para el de contadora. Sobral sí entró en su equipo pero como "personal de confianza", al igual que Juan Manuel Cancela (Asociación Provincial de Talleres de Reparación de Vehículos de La Coruña y tesorero de la patronal que dirige Antonio Fontenla). El líder de la CEP, Jorge Cebreiros, solicitó sin éxito al coruñés que incluyera nombres de organizaciones "más representativas". "¿Esto es la patronal gallega o la de A Coruña?", dijo a FARO uno de los asistentes. Ante los reproches Antón Arias replicó que no había recibido propuestas alternativas. Cosechó el "no" de la patronal de Pontevedra y Ourense (suman cinco votos), pero superó con holgura la cita gracias al apoyo de Lugo, A Coruña y los dos cargos de libre designación (nueve votos).

En cuanto a la reforma estatutaria, que según el líder de la patronal empresarial gallega servirá para paliar la división de la entidad, ésta se confiará a un bufete privado. La CEG quiere externalizar así la reforma con la que Pontevedra aspira a ganar representación en la asamblea general (tiene 32 vocales, los mismos que Lugo y ocho menos que A Coruña).