La multinacional francesa Grupo PSA quiere comprar Opel (la división europea del consorcio estadounidense General Motors) para ganar masa crítica, adelantar de nuevo a Renault como segundo fabricante de vehículos en Europa y competir con la mayor compañía automovilística del mundo: Volkswagen. Tanto PSA como GM confirmaron el inicio de negociaciones con el objetivo de mejorar su rentabilidad económica y eficiencia operativa. De cerrarse esta operación, PSA ganaría 10 plantas de coches y comerciales y más de 40.000 empleados en Alemania, Reino Unido, Polonia, Hungría y Austria. Las discusiones entre ambos grupos han generado expectación en Vigo, la capital del polo industrial ibérico de PSA, por la competencia histórica existente entre las fábricas de Balaídos (PSA) y Figueruelas (GM), ambas en el podio de las mayores plantas del país junto a Seat.

"El Grupo PSA confirma que ha analizado junto a GM numerosas iniciativas estratégicas con el objetivo de mejorar su rentabilidad y su eficacia operativa, entre ellas la hipotética adquisición de Opel", reconocía ayer PSA tras primeras informaciones sobre la negociación para integrar Opel/Vauxhall, como adelantó FARO en su edición digital. Analistas y expertos del sector coinciden en que esta operación beneficiaría a ambas partes, y de hecho, así lo reflejaban ayer sus resultados en la bolsa (los títulos de Peugeot repuntaron más de un 4%). Por una parte, la integración de Opel daría mayor músculo a PSA, así como una cuota de mercado en Europa del 16%, solo por detrás de Volkswagen. También accedería a los avances de la marca alemana en el coche eléctrico.

Para GM, la venta de Opel supondría salir de Europa, un movimiento lógico después del "Brexit", que ha lastrado los ingresos del grupo por el "efecto divisa". El gigante norteamericano lleva más de una década tratando de sacar a su división europea de las pérdidas, que en 2016 sumaron 257 millones de dólares, lo que le llevó incluso a cerrar varias fábricas en Alemania y Bélgica en el último proceso de reestructuración. La venta también permitiría a GM centrarse en sus principales mercados, como son EE UU (donde el proteccionismo de Trump ha impulsado las inversiones) y China.

Haz click para ampliar el gráfico

La integración también tiene lógica desde el punto de vista industrial. PSA y Opel participan desde finales de 2013 (antes GM mantuvo durante un año un 5% en el capital de la corporación francesa) en tres grandes proyectos de lanzamientos compartidos entre sus factorías que están dando muy buenos resultados, uno de cuales es el K9 de PSA-Vigo: la próxima generación de vehículos comerciales ligeros de Citroën, Peugeot y Opel. También Opel en Figueruelas (Zaragoza) ultima la fabricación de la siguiente versión del Citroën C3 Picasso, y en Sochaux, Francia, se fabrican indistintamente modelos de PSA y Opel. Esta alianza industrial vigente hoy en día incluye además una central de compras compartida entre los grupos que ha generado importantes ahorros de costes.

Pese a todo, PSA y Opel matizaron que "en la actualidad no existe ninguna certitud del cierre de un eventual acuerdo". La posible integración sí ha generado expectación en las plantas del polo ibérico de PSA, sobre todo en Vigo, donde reconocen la competitividad de Figueruelas. A corto plazo, las fábricas de PSA en la Península (Balaídos, Madrid y Mangualde) no tendrían problemas con Zaragoza ya que en todas hay lanzamientos atribuidos (K9, V20, F3) y el centro maño acaba de renovar sus modelos con el C3 Picasso, Crossland X, Corsa y Mokka, aunque a medio plazo estarían condenadas a competir.

El Estado francés, que posee el 14% de PSA (el mismo porcentaje que tiene el grupo chino Dongfeng y la familia Peugeot), ya adelantó que ante una posible operación de compra velará por los empleos.