Los helvéticos deciden hoy en referéndum si aceptan la ley que modifica las condiciones fiscales de las multinacionales instaladas en Suiza para que éstas se adecúen a los niveles solicitados por la UE, aunque con nuevos beneficios para que permanezcan en el país. Berna ha sido criticada durante años por Bruselas porque muchas empresas con "estatus especial" -las llamadas sociedades holdings, sociedades de domicilio o sociedades mixtas- se benefician de una tasa impositiva reducida, dado que pagan unos impuestos que oscilan entre el 7,8% y el 12%. El Gobierno de la Confederación Helvética pactó con la UE en 2014 abolir este "estatus especial" y modificar el sistema para que, de media, la presión fiscal estuviera alrededor del 14%.