El Gobierno reactivará el plan de reforma de las cajas rurales y otras cooperativas de crédito que emprendió en 2014 (una vez finalizada la reestructuración de las cajas rurales) y que en 2015 aparcó y dejó en suspenso. El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo en el Congreso que su propósito es abordar "una reforma consensuada, abierta y que refuercen la solvencia y estabilidad del sector". La reforma afectará a la Caixa Rural Galega y a otras cajas y cooperativas de crédito con sucursales en la comunidad. Las cajas rurales representan el 5% del sistema financiero español.

El ministro no anticipó si mantiene en su integridad el proyecto que su departamento y el grupo parlamentario del PP habían avanzado en 2014, aunque sí confirmó dos de los objetivos de aquel plan: la introducción de "mecanismos que mejoren el gobierno corporativo" y medidas que refuercen "la solvencia y estabilidad del sector".

El mayor temor del sector, según lo expresado en los tres últimos años, es que la reforma pueda conducir a una desnaturalización de las cooperativas de crédito mediante un sutil y gradual acercamiento a la pauta de las sociedades capitalistas. El sector aboga por perpetuar su modelo siguiendo la pujante tradición de cooperativas financieras existente en otros países europeos.

Se trata por ello de saber si se está ante una revisión del modelo o ante una transformación. En principio, parece que el Gobierno podría inclinarse por la primera opción.