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Arias se acerca al liderato de la CEG con el mayor rechazo desde su fundación

Fontenla trata de movilizar a vocales para no sufrir una "humillación", pero da por hecha la proclamación -Sus opositores calculan en 80 los votos negativos, 33 más que Alvariño

Arias se acerca al liderato de la CEG con el mayor rechazo desde su fundación

De la batalla por el control de la patronal gallega ha aflorado, al fin, el hecho inesperado. Y no ha sido el ejercicio de estrategia de Antonio Fontenla con la ruptura de un pacto de consenso -el día antes en Pontevedra y Ourense ya se lo temían-, sino la desaparición de opositores en el seno de estas dos últimas confederaciones. De repente Jorge Cebreiros tiene de su lado a quien llevó a juicio las elecciones de la CEP y José Manuel Pérez Canal cuenta con el "apoyo total" de su directiva, antes proclive a escaramuzas. El artífice de esta extrañeza es el propio Fontenla, que con su jugada se ha asegurado la unión entre facciones antes enfrentadas. El único candidato a la presidencia, el coruñés Antón Arias Díaz-Eimil, será el patrón desde la fundación de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), en 1981. Pese a este panorama el exdirectivo de la construcción rechazó ayer reconsiderar su postura y el viernes se someterá al escrutinio de la junta general.

"El viernes será proclamado presidente porque es el único candidato, pero tendrá muchos votos en contra. Será un mal espectáculo", lamenta un miembro de la junta directiva, reunida ayer en Santiago (también lo hizo el comité ejecutivo). Un encuentro "lamentable", "brusco" o "deprimente" -son algunos de los calificativos de varios asistentes- donde Fontenla trató de defender su estrategia. "Saben que van a hacerse con ella [por la presidencia], la cuestión es con cuántos votos en contra". De momento los opositores cifran esta tasa de rechazo en 80 papeletas, mientras que Alvariño obtuvo 53 en los comicios de 2013. Entonces tampoco tenía opositor, pero sus críticos forzaron la votación para escenificar la debilidad de su mandato.

En contra del candidato de Antonio Fontenla votarán los 32 vocales de Pontevedra, los 30 de Ourense y sectoriales como Asime (metalúrgica), la federación de Comercio, Fegasinel (instaladores eléctricos), Cecap (enseñanza privada) o INEO (nuevas tecnologías). Para reducir el peso de noes desde A Coruña han empezado a llamar a vocales "indecisos" o que dan por hecho que "han perdido", explica otro miembro de la asamblea, que sostiene que para Fontenla sería una "humillación" un escenario tan dividido. "Por eso no se presentó él, no se atrevía a dar el paso con 70 votos en contra". Ayer Arias trató de "desvincularse" del líder de la patronal coruñesa para apaciguar el nivel de descrédito general, pero no salió victorioso. Hasta tres vocales de Pontevedra (Javier Touza, Enrique Mallón y Jorge Cebreiros) reclamaron en el encuentro a Arias que diese un paso atrás para reconducir la CEG. Dijo que no.

"Toda esta oposición es un tiro de gracia para su mandato y para la propia confederación, y somos el hazmerreír de Galicia", se queja uno de los vocales, antes opositor de Cebreiros y Pérez Canal y ahora alineado con ellos frente a Fontenla. "La CEG está en caída libre y a partir del viernes va a dar otro espectáculo de desunión", zanja. La duda de los críticos es la postura de la banca, que reclamó explícitamente una legislatura de consenso para acceder a conceder la hipoteca de 1,2 millones sobre la sede para aliviar las cuentas de la patronal y, a fin de cuentas, evitar que entre en concurso de acreedores. El plan B, el de la venta del edificio, podría reactivarse en ese momento. Tanto Fontenla como Arias son expertos en el sector de la construcción y en verano había una oferta en firme: venta por tres millones de euros y 15.000 euros al mes durante veinte años por su alquiler a la propia CEG.

Una vez más el patrón coruñés volvió a justificar la ruptura del pacto de consenso en la postura de Ourense, que en caso de que no hubiese candidato pedía apartar a Fontenla de la portavocía y al lucense Jaime López de la secretaría general transitoria. Pase lo que pase este viernes este objetivo, el que motivó la "deslealtad" de A Coruña, se habrá cumplido: el primero dejará de representar a la CEG y el segundo, como anunció ayer, dejará el cargo.

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