Metalships & Docks volverá a cortar chapa de inmediato. La dirección del astillero del grupo Rodman puso en vigor ayer el contrato de un arrastrero de 79 metros de eslora por 17 de manga y casco reforzado para una importante armadora groenlandesa, cuyo importe supera los 50 millones de euros y que generará más de 500.000 horas de trabajo directas, según indicaron ayer fuentes de la compañía. Este encargo tiene un plazo de ejecución de 21 meses y supone el retorno de la factoría de Teis a la actividad de construcción naval tras rematar el megayate Maybe. El Sabadell proporcionó la financiación y garantías necesarias para el desarrollo de la construcción, con apoyo de Pymar y la Xunta a través del Fondo de Garantías Navales Pymaval.
El astillero vigués iniciará de inmediato el corte de chapa para este arrastrero congelador, que estará adaptado a la navegación entre hielos y diseñado para la captura, procesamiento, congelación y mantenimiento de camarón en aguas groenlandesas. Fuentes del astillero señalaron que la armadora prefiere por el momento mantener su identidad en secreto, aunque fuentes del sector apuntan a que podría tratarse de Niisa Trawl APS, una de las compañías pesqueras groenlandesas más importantes. La firma definitiva entre la división de metal del grupo naval que preside Manuel Rodríguez y el armador se realizó a primera hora de la tarde de ayer.
El arrastrero congelador tendrá 79 metros de eslora por 17 de manga, 6.960 kW de potencia propulsora, 3 maquinillas de pesca principales de 35 toneladas de tiro cada una, 28 maquinillas auxiliares y 2.350 metros cúbicos de bodegas. Además, tiene una capacidad de congelación de 110 toneladas diarias y está habilitado para 32 tripulantes. El precio del buque supera los 50 millones de euros, con un plazo de construcción de 21 meses (su entrega está prevista para septiembre de 2018) que proporcionará una carga de trabajo al astillero superior a las 500.000 horas directas, a lo que hay que sumar la ocupación para la industria auxiliar gallega.
Este encargo devuelve a Metalships & Docks, uno de los principales astilleros de la ría de Vigo, a la actividad de construcción naval. El último buque entregado por la factoría de Ríos (Teis) había sido el Lay Vessel 108, para la ingeniería norteamericana McDermott, ya en septiembre de 2014. La caída de los precios del petróleo y la crisis del tax lease acabaron por hundir el mercado de buques de apoyo a la industria de hidrocarburos, en el que estaba muy especializado esta filial del grupo Rodman (una de sus construcciones, el North Sea Giant, fue galardonado como el mejor buque offshore de 2012). Tras la entrega del Lay Vessel 108, Metalships, participado al 60% por el grupo empresarial China Sonangol, centró sus actividades en la reparación y transformación naval, negocio en el que atesora una honda experiencia, y en el remate del yate de lujo Maybe, cuya construcción se había iniciado en la extinta Factoría Naval de Marín (hoy propiedad de Nodosa).
El contrato supone otro ejemplo del papel destacado que la pesca, a través de armadores nacionales y extranjeros, está jugando en la recuperación del sector naval gallego. De hecho, cuatro de los siete grandes astilleros de las rías de Vigo y Pontevedra (Metalships, Freire, Armón Vigo y Nodosa) están construyendo pesqueros, a los que hay que sumar factorías más pequeñas como las de José Castro en A Guarda y Xunqueira en Moaña. El de Metalships es además el tercer buque arrastrero congelador encargado por armadores groenlandeses en Vigo en apenas tres meses, con los dos firmados por Freire en octubre para las armadoras Qajaq Trawl y Polar Seafood Greenland.
Pymar y Xunta
La operación de Metalships -que da estabilidad a la plantilla de Teis- ha sido posible gracias a la financiación y garantías aportadas por el Banco Sabadell, con el respaldo de la sociedad Pymar y la Xunta a través del Fondo de Garantías Navales Pymaval. Fuentes del Gobierno gallego apuntaron a FARO que las garantías aportadas por la Xunta ascienden a un total de 14 millones de euros, y que se suman a las que este año se dispusieron a favor del astillero vigués Cardama para el contrato de los dos remolcadores para Marruecos (Marsa Maroc).
