La Comisión Europea anunció ayer una multa de 166 millones de euros a los fabricantes de electrónica Sony, Panasonic y Sanyo por pactar precios e intercambiar información de las baterías de ion de litio recargables que producían, y que se utilizan habitualmente en teléfonos móviles y ordenadores. Samsung también participó en el pacto ilegal pero ha esquivado la sanción económica porque confesó a Bruselas la existencia del cartel, contrario a las reglas europeas en materia de competencia.