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La industria de automoción

PSA urge a Portugal modernizar el tren a Vigo como prometió para fabricar parte del K-9

El Gobierno prometió modernizar la línea ferroviaria entre Mangualde y Vigo, cambios en los peajes y energía barata - PSA recuerda que otras plantas podrían asumir el proyecto

El primer ministro luso, António Costa (7i.), con Puech (8i.) en una visita reciente a PSA-Mangualde.

La multinacional automovilística francesa Grupo PSA quiere que el Gobierno de Lisboa cumpla en tiempo y forma los compromisos asumidos en 2015 que permitieron al centro de Mangualde adjudicarse parte de la producción del nuevo proyecto K9 (la próxima generación de furgonetas de PSA y Opel): modernizar la línea ferroviaria entre la planta portuguesa y Vigo, energía más barata y cambios en la clasificación de los peajes (para que un utilitario ligero como los que se montan ahora en Mangualde no pague el mismo peaje que un vehículo industrial). Lo aseguró el director general de PSA-Portugal, Alfredo Amaral, coincidiendo con una visita reciente del primer ministro luso, António Costa, a la factoría. "Si los principales factores de competitividad de Mangualde no se aseguran, habrá otras fábricas del grupo que rápidamente captarán nuestra producción", advirtió el responsable de PSA.

De los tres compromisos, el más urgente y en el que más empeño pone la corporación gala es la modernización de la conexión ferroviaria con Galicia. PSA quiere que esté operativa en 2018 para poder exportar los vehículos producidos en Mangualde a través de Vigo y establecer un flujo de componentes entre ambas factorías con un coste logístico muy competitivo (hay casi 350 kilómetros entre el centro luso y Balaídos). Los cambios que reclama el grupo permitirían la circulación de convoyes de hasta 750 metros de longitud entre Mangualde y Aveiro, y entre Aveiro y Vigo, según explicó Amaral. "Necesitamos que esta línea esté operativa en 2018 para poder trabajar sin restricciones y mantener así todos los factores de competitividad que aseguren el futuro de la planta", recalcó.

Otro punto caliente para PSA son los peajes. En la actualidad, un vehículo utilitario ligero como los Berlingo y Partner, y a partir de 2018 las tres siluetas del proyecto K9 (de Peugeot, Citroën y Opel), pertenece a la Clase 2, es decir, que paga el mismo peaje en autopista y autovía que un vehículo industrial, situación que la corporación gala cree un sinsentido de cara al mercado interno portugués. "Esta situación puede desmotivar al pequeño empresario de comprar un vehículo comercial que le va a suponer un coste añadido a su trabajo diario, lo que penalizará las ventas del K9 en el mercado portugués", justificó Amaral. PSA entiende que si Mangualde aspira a fabricar el 20% del volumen del proyecto K9, Lisboa debe modificar este rango.

Por último, otro factor que preocupa a la corporación que preside Carlos Tavares es el coste de la energía, superior al de otras plantas en Europa. En este capítulo, al contrario que con el tren y los peajes, peticiones en las que apenas se han producido avances, el Gobierno luso sí ha emprendido algunas acciones como asegurar en enlace a la red de alta tensión para abaratar los costes. PSA reiteró sus demandas a Lisboa con motivo de la visita a la fábrica del primer ministro luso, António Costa, del ministro de Economía, Manuel Caldeira Cabral, y del secretario de Estado de Industria, João Vasconcelos, que estuvieron acompañados por el director del polo ibérico, Frédéric Puech.

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