El Reforma Pemex ya es historia para Hijos de J. Barreras. El flotel (accommodation floatel) adjudicado por Petróleos Mexicanos (Pemex) al astillero vigués en 2014 -tras una complicada licitación internacional- partió ayer a las 14.40 horas de las instalaciones de Beiramar rumbo a su destino en Ciudad del Carmen, Campeche (México), donde prestará servicio de acomodación a los trabajadores del gigante azteca de los hidrocarburos que se ocupan de los pozos petrolíferos el golfo de México. El Reforma Pemex ha sido un símbolo de la recuperación de la mayor factoría naval privada de España, que lucha ahora por la contratación de un minicrucero de lujo de 170 metros de eslora para continuar con la actividad en sus gradas, ahora vacías.

Este buque -de 131 metros de eslora por 27 de manga- ha consolidado a Barreras como el mayor especialista del mundo en floteles, barcos concebidos para alojar al personal que trabaja en las plataformas offshore de extracción de hidrocarburos. Hijos de J. Barreras, pese a la crisis que sufrió en 2011 -que lo abocó el concurso de acreedores-, ha construido hasta la fecha dos de los cuatro floteles que existen hoy en el mundo: el Edda Fides, el primero de su generación y entregado a principios de 2011 al armador noruego Østensjø Rederi, diseñado por la ingeniería Vik-Sandvik, filial de la multinacional finlandesa Wärtsilä, y el Reforma Pemex, con diseño 100% vigués.

Éste cuenta con camarotes para acoger a 608 pasajeros y 91 tripulantes, está dotado con un sistema de posicionamiento dinámico de última generación e incorpora dos grúas, cada una con capacidad de elevación de 15 toneladas hasta una altura de 20 metros. También tiene helipuerto y una pasarela telescópica offshore para la transferencia de personal con total seguridad entre el barco y las plataformas petrolíferas, así como distintas estancias para acomodar a los pasajeros (gimnasio, sauna, sala de conferencias, tres salas de TV, dos de cine, enfermería, lavandería, cocina).

La partida del buque se retrasó algo más de un mes tras su entrega oficial a los responsables de Pemex la primera semana de septiembre. Desde entonces, el astillero realizó algunas mejoras extra en el flotel encargadas a posteriori por el armador. Ya con la mayor parte de la tripulación a bordo -más de una veintena de personas- y tras la visita el pasado miércoles del director general de Pemex, José Antonio González Anaya, que supervisó la nave -se mostró "encantado" con el resultado- y las instalaciones de Barreras, el Reforma Pemex se hizo ayer a la mar dejando de nuevo al astillero vigués con las gradas vacías.

Esta situación ha hecho que Barreras haya acelerado las negociaciones para contratar un minicrucero de lujo de unos 170 metros de eslora, como avanzó FARO. Detrás de este proyecto está el alemán Lars Clasen, ex jefe de la naviera germana AIDA Cruises y propietario de A-ROSA (compañía especializada en cruceros por ríos), que se ha puesto al frente de un grupo de inversores para fundar la sociedad Dolce Cruise Management Ltd, con sede en Malta. Esta embarcación sería el primer paso para lanzar una nueva marca de cruceros de lujo: Ritz Carlton Yacht Club. La mayoría de las acciones de esta nueva empresa estarían controladas por un fondo de inversión, aunque también tendrían participación el prestigioso consorcio hotelero Marriott-Ritz Carlton y Dolce Cruise Management.

Este crucero de lujo tendría 170 metros de eslora (los más grandes del mundo, de la serie del Oasis of the Seas, alcanzan los 362 metros), 130 camarotes y 260 camas de capacidad, para expediciones con un público muy exclusivo (incluiría helicóptero, submarino, piscinas indoor y outdoor, spa, teatro, varios restaurantes, etc.). El astillero estaría en la actualidad renegociando el esquema de financiación tras algunos cambios introducidos por el armador en el proyecto original, según ha podido saber este periódico.