La presión interna finalmente ha podido con él. Banco Popular acaba de ejecutar el despido de su presidente, el santiagués Ángel Ron, que asumió el cargo en octubre de 2004. El consejo de administración acaba de informar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que el cese se ha acordado "por unanimidad". Su sustituto, a propuesta del comité de nombramientos, es el consejero de Inditex Emilio Saracho. Está previsto que el reemplazo sea efectivo en el primer trimestre de 2017.

Ron llevaba semanas sufriendo la presión de accionistas como el mexicano Del Valle y de las posiciones bajistas del mercado, que llegaron a empujar la acción por debajo de los 0,80 euros. La entidad tuvo que ejecutar una macroampliación de capital de 2.500 millones de euros antes del verano por su gran exposición al riesgo inmobiliario, razón por la que puso en marcha un plan de contingencia que incluye la creación de un banco malo (proyecto Sunrise) y el despido (ya pactado) de casi 2.600 trabajadores.

Bolsa

Los mercados han acogido de momento la noticia con aspavientos y la cotización del Banco Popular, que vale menos en Bolsa que los activos que acogerá el banco malo, cerró la sesión con un alza del 13,66%. Los inversores ya descontaban ayer el relevo en la silla presidencial del Popular (que opera en Galicia con la histórica marca Banco Pastor), y los títulos del banco se revalorizaron por encima del 5%. De todos modos los accionistas han sufrido en lo que va de año una penalización muy fuerte y el valor en Bolsa de la entidad ha caído casi a la mitad respecto a diciembre de 2015. En lo que va de año la depreciación roza el 67%.

El proyecto Sunrise, que contará como líder al CEO de San José, Roberto Rey, ha despertado un notable interés entre inversores internacionales. El conjunto de activos que asumirá esta sociedad rondará los 6.000 millones de euros.