Poco a poco se van conociendo nuevos detalles de la nueva factoría que la multinacional automovilística francesa Grupo PSA está construyendo en el parque industrial Atlantic Free Zone de Kénitra, Marruecos, cuyas obras arrancaron el pasado verano con los primeros movimientos de tierra. La fábrica , que arrancará su actividad en 2019 con unos 1.500 trabajadores directos y una producción inicial de 90.000 vehículos y motores, ocupará una superficie de 60 hectáreas, similar al centro de Balaídos , y reserva otros 400.000 metros cuadrados para la instalación de proveedores. Según Rémi Cabon, responsable de proyecto de PSA en Marruecos, el consorcio que preside Carlos Tavares aspira a atraer a al menos veinte nuevos fabricantes de componentes a la zona, entre los que habrá algunos gallegos.
Cabon explica que selección de empresas subcontratistas para PSA-Kénitra ya comenzó y que las obras de construcción del complejo marchan según el programa previsto. Los movimientos de tierra arrancaron el pasado julio -como avanzó FARO- y la construcción en sí de la factoría se iniciará a principios de 2017. "El proyecto avanza según lo previsto", insiste el responsable de PSA en declaraciones a un medio especializado francés. La planta ocupará una superficie similar a la de Balaídos, 60 hectáreas, a las que hay que sumar otras 40 para los fabricantes de componentes que servirán directamente a PSA, consolidando un polo industrial de un millón de metros cuadrados. Los planes de PSA y el Gobierno de Marruecos exigen que el 60% de las piezas para estos vehículos se fabriquen en el país.
Cabon apunta que la fabricación de coches y motores comenzará a la par, con una plantilla de unos 1.500 trabajadores -algunos puestos ya han empezado a seleccionarse, como los directores de recursos humanos y contabilidad-, con la previsión de alcanzar en el primer año una producción de 90.000 unidades, aunque el centro tiene una capacidad instalada para 200.000 vehículos y motorizaciones al año. La principal fuente de energía del centro será el gas natural, y el régimen marroquí se ha comprometido a acelerar la construcción del nuevo puerto de Kénitra para facilitar la exportación de vehículos y componentes.
La construcción de esta planta confirma la apuesta de PSA por el mercado norteafricano, ya que se invertirán más de 550 millones de euros en su puesta en marcha. El centro estará especializado en vehículos de los segmentos B y C, entre los que se incluirá la próxima generación de los sedanes lanzados en la planta de Vigo en 2012, el proyecto M3-M4, así como nuevos modelos low-cost, según fuentes del sector. Pese a que la producción de Kénitra no estará destinada a priori al mercado europeo, desde Balaídos se ha visto el futuro centro magrebí como una posible amenaza tras la confirmación del proyecto, el junio del año pasado. De hecho, el exdirector del Polo Industrial Ibérico del Grupo, Yann Martin, reconoció en una entrevista a este diario que una factoría en el país magrebí representaría una amenaza para PSA-Vigo, que solo se evitaría "siendo los mejores".
La multinacional francesa dudó al principio entre tres posibles emplazamientos para el centro: Tánger, donde ya hay un importante polo de proveedores que dan servicio a la factoría de Renault Nissan; Casablanca, donde PSA ya comparte una instalación histórica con Renault, y la zona franca de Kénitra, todavía por desarrollar. Marruecos posee unos costes laborales hasta un 73% inferiores a los europeos, y a la vez Rabat ofrece una serie de ventajas fiscales, a las empresas, como un impuesto de sociedades del 0% durante los 5 primeros años de vida de la empresa y del 8,75% durante los siguiente veinte años, la simplificación de los trámites aduaneros y libre repatriamiento de los beneficios del capital, entre otras.
