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La deuda española crece y Trump la encarece

Desde las elecciones de EE UU la rentabilidad exigida al Tesoro español para financiarse subió el 23%

El volumen de la deuda pública española sigue creciendo y consolidando sus posiciones en niveles récord desde 1909 (en el entorno del 100% del PIB) y el triunfo del candidato republicano Donald Trump está ejerciendo un efecto de remontada de la rentabilidad que exigen los inversores a los bonos de referencia, incluidos los españoles, cuyo tipo de interés a 10 años se ha acrecentado el 23% desde que el día 9 se supo el resultado electoral de EE UU. La deuda pública española creció en 2.822 millones en septiembre, según difundió ayer el Banco de España, y consolida dos meses consecutivos de ascenso. En lo que va de año, el endeudamiento público española, que cerró en septiembre en más de 1,1 billones de euros, avanzó en seis de los nueve primeros meses del ejercicio.

En tasa interanual, la deuda española creció en 37.326 millones respecto a septiembre de 2015, lo que supone un aumento del 3,49%, casi tres décimas superior al incremento de la riqueza nacional: el PIB está aumentando a una tasa del 3,2%. Que la deuda crezca más que el producto interior bruto evidencia que no ha sido aún domeñada y que constituye una vulnerabilidad muy acusada del país ante cualquier empeoramiento de las condiciones de financiación, como, de hecho, ya está ocurriendo. Desde que Rajoy llegó al Gobierno con la promesa de controlar las cuentas públicas españolas el endeudamiento soberano español aumentó en 361.406 millones, un ascenso del 48,6%.

Los vaticinios para los dos próximos años tampoco son favorables, dado que el déficit público comprometido para este año es del 4,6% del PIB con un crecimiento esperado de la economía del 3,2% y para 2017 el PIB avanzará el 2,5%, según el Gobierno, y el déficit lo hará el 3,1% si España hace los recortes que le reclama la UE y el 3,6% si no toma medidas.

España, con el segundo mayor déficit público de la UE y con la sexta deuda soberana más voluminosa y la octava que más crece en el área del euro. Esto y el aún elevado endeudamiento privado hizo que España se beneficiara más que otros países de los tipos de interés oficiales en el 0%, pero ahora la tendencia apunta a una revisión de tipos al alza. Los bancos centrales no han hecho movimientos desde que la Reserva Federal (Fed) de EE UU subiera 0,25 puntos porcentuales en diciembre, pero los tipos exigidos por el mercado a las deuda públicas y las primas de riesgo están subiendo desde fines de septiembre por la expectativa de la recuperación de la inflación (que llevaría a una subida de tipos oficiales) y la creencia de que la Fed lo hará en diciembre.

En el mercado secundario (entre particulares), al bono español se le pedía una rentabilidad el 28 de septiembre del 0,89% y ayer se situó en el 1,55%. Esto supone una subida de los tasas de interés del 74%. Parte de esta remontada es atribuible al triunfo electoral de Donald Trump en EE UU por la incertidumbre de sus medidas económicas y por su promesa de reducción de impuestos, aumento del gasto y de la inversión públicos, imposición de aranceles proteccionistas y expulsión de mano de obra barata inmigrante, todo cual es altamente inflacionario. El mercado anticipa, por lo tanto, una subida de tipos de interés (como, de hecho, insinuó ayer la presidenta de la Fed, Janet Yellen) y esto, de ocurrir, lo natural es que se transmita a otras áreas.

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