La planta de Porriño del grupo vasco Gestamp (Gestamp Vigo) ha apuntalado su cartera de pedidos con nuevas referencias para el proyecto V20 de PSA, el SUV compacto de Peugeot que se lanzará en la planta de Vigo de la multinacional francesa en 2020, según confirmaron ayer fuentes de la empresa. Este contrato (dos células de ensamblaje) se añade a los ya conseguidos por la factoría de As Gándaras para los proyectos K9 (la próxima generación de furgonetas de PSA y Opel), H60 (tres modelos de las marcas Nissan, Mercedes Benz y Renault) y C2 (Ford), como ya avanzó FARO. Gestamp Vigo suma inversiones por valor de 22 millones de euros en los últimos cinco años y prevé importantes desembolsos hasta 2018 para los nuevos pedidos.
La planta gallega, que junto con la de Bizkaia fue pionera en el despegue de la división de automóvil de Gestamp en los años ochenta, se encuentra en plena transformación industrial después de años de dificultades que obligaron a negociar varios planes de reestructuración y competitividad. En la actualidad, el centro del polígono de As Gándaras está preparando uno de sus talleres (unos 1.300 metros cuadrados) para acoger el primero de esos nuevos proyectos, el H60, los ejes traseros de tres modelos que se fabricarán en la planta de Barcelona de Nissan para esta marca nipona, Renault y Mercedes Benz. El proyecto H60 supondrá la instalación de más de una veintena de nuevos robots que estarán operativos en 2017, como ha podido comprobar este periódico.
A mayores, Gestamp Vigo tiene en cartera varias referencias para el K9 de PSA-Vigo, cuya fabricación arrancará también el próximo año, y para el C2 de Ford, las cunas del motor del modelo Focus, que se producirá en Alemania. El último pedido logrado ha sido para el V20 de PSA-Vigo (dos células de ensamblaje), pero Gestamp Vigo pelea por más referencias para este lanzamiento, cuya fabricación comenzaría a finales de 2019. Según el último plan de competitividad negociado con los sindicatos el año pasado, la previsión es que en 2018 (con la mayoría de los proyectos en marcha) pueda aumentarse la plantilla en unos 75 trabajadores. Fuentes de la compañía apuntaron que en la actualidad hay unos 40 empleados eventuales para hacer frente a pedidos transferidos de forma puntual de otras plantas (conocidos como transfers).
Las mismas fuentes explicaron que dentro de los preparativos para los nuevos proyectos, la planta ha decidido externalizar las colas de producción de sus productos más antiguos (para el M59 o el B58 de PSA-Vigo) para ganar espacio en Porriño, como recogió este diario. En un principio se barajó la alternativa de reactivar el antiguo centro de San Andrés de Comesaña (Vigo), lo que ocuparía a entre 10 y 12 personas en 2017 y a 8 en 2018 (más la mano de obra indirecta), pero al tratarse de volúmenes de producción tan bajos, el traslado de los útiles industriales y el personal "no tenía sentido", por lo que se decidió externalizar la actividad.
Desde Gestamp Vigo señalaron que esta medida no supone un incumplimiento del último plan de competitividad, como denunciaron la semana pasada las secciones sindicales de CIG y CC OO, y apuntaron que aunque hay un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) en vigor hasta el 31 de diciembre de 2017, éste no se está aplicando porque hay carga de trabajo suficiente, y como muestra, los 40 empleos eventuales citados antes. Las dos centrales no están de acuerdo y por el momento mantienen la suspensión de las horas extra acordada en asamblea la semana pasada. Fuentes de la empresa insistieron en que no hay razones para generar una situación de tensión cuando el futuro de la factoría está despejado. La inversión histórica acumulada del grupo en la fábrica asciende a 116,6 millones.
