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Reconstrucción tras el siniestro

Fandicosta prevé ingresar 85 millones este año, un 15% menos que antes del incendio

-Los altos precios de los cefalópodos minoran el descenso de toneladas comercializadas -La inversión en la nueva planta, solo en espera de la licencia, alcanzará los 25 millones

Fandicosta lleva desafiando a la lógica desde el 13 de mayo. Entonces habían pasado solo cuatro días del incendio que destruyó el 60% de la factoría de Domaio, pero de sus instalaciones empezaron a salir camiones con mercancía para lanzar un mensaje de no rendición a clientes, proveedores y empleados. Pese al golpe, y aún sin haber iniciado la construcción de la sala de elaborados -quiere empezar este mes, pero está esperando la licencia-, la compañía prevé cerrar el ejercicio con un volumen de facturación de "84 ó 85 millones de euros", como ratifica su presidente, Ángel Martínez. Es apenas un 15% menos que el resultado de 2015, cuando contaba 8.000 metros cuadrados más para almacenaje y dos salas de elaboración adicionales en su centro industrial de Moaña. Este nivel de ventas mantendrá a Fandicosta en el top ten de transformadoras de productos del mar, solo por detrás de Atunlo (participada por la viguesa Comercial Pernas) y Marfrío.

La reconstrucción de las instalaciones contará con un presupuesto de 25 millones de euros aunque, al margen del seguro del siniestro, la multinacional ha tenido que invertir cuatro millones de euros en nueva maquinaria para satisfacer la demanda creciente de sus productos. "Hemos tenido que hacerlo para cumplir con todos. Vamos muy bien, recuperando el nivel de ventas y con un apoyo fenomenal de los grandes clientes", explica el empresario, que reconoce que "hay clientes que nos compran cada vez más después de haber visto que pudimos responder pese a todo". La intención de esta gigante, mientras que el espacio para los elaborados estará listo "en el último trimestre de 2017 o el primero de 2018".

Las instalaciones frigoríficas tendrán 4.700 metros cuadrados, que permitirán a la compañía el almacenaje de 8.000 toneladas de producto. La firma ha sorteado los efectos de la catástrofe al derivar a Vigo (Grupo Botas, la matriz) y a Vilagarcía parte de la producción, lo que le ha permitido además minorar casi al completo y desde el siniestro de mayo el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que se vio obligada a poner en marcha. "Hemos cumplido en todo momento. Con los clientes, los proveedores y los trabajadores, y es para estar más que satisfechos".

Ángel Martínez, con más de cuarenta años de experiencia en el sector, destaca la importancia que ha tenido este año para la compañía el comportamiento de las materias primas en cuanto a los precios. "El año pasado [por 2015] los ingresos cayeron un 4%" debido a los bajos precios del pescado, lo que forzó un incremento del volumen comercializado para mantener al máximo la facturación. El ejercicio de 2014 cerró para Fandicosta con 110 millones de euros facturados, frente a los 107 del ejercicio posterior. "Este año -continúa- ha sido al revés. Hemos trabajado con menos volumen pero, como los precios han estado altos, no hemos padecido una caída tan alta de los ingresos".

Fandicosta

es una de las principales transformadoras de cefalópodos de España, y esta materia prima experimentó alzas en los precios de hasta el 250% por la escasez del recurso en prácticamente todos los caladeros. La elevada demanda ha permitido mantener márgenes, una situación que también ha beneficiado a firmas como Profand, Cabomar o Frigorífico Rosa de los Vientos.

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