Banco Popular presentará mañana a los sindicatos todas las propuestas de su plan de ajuste, algunas de las cuales se han ido conociendo a lo largo de las últimas semanas, como las prejubilaciones o la oferta para bajas incentivadas.

Tras la ampliación de capital por 2.500 millones de euros realizada en la primera mitad del año, la entidad ha decidido reducir su red de oficinas y de plantilla para ganar eficiencia. Está previsto que el ajuste afecte a cerca de 3.000 empleados (20% de la plantilla) y a unas 300 oficinas (un 14% de la red).

Mientras que los sindicatos han pedido que se reduzcan las bajas al máximo, que se potencien las medidas de prejubilación y que se fomente la voluntariedad del proceso de salida de los empleados afectados, la entidad ha ido ofreciendo detalles poco a poco.

Así, prevé que más de 1.800 empleados de los aproximadamente 2.900 que se verán afectados por el proceso de reestructuración se puedan acoger a la fórmula de prejubilación, con lo que el 62% del ajuste se realizará por esta vía.

Para ellos, la entidad que preside Ángel Ron propone prejubilaciones con el 75% del salario neto pensionable, una oferta disponible para trabajadores a partir de los 59 años y hasta los 63 años.

Para completar este plan de prejubilaciones, los sindicatos reclamaron uno complementario de bajas incentivadas. La propuesta de Popular en este sentido pasa por ofrecer 28 días por año trabajado y 15 mensualidades, unas condiciones que UGT considera "escasas".

Hasta la fecha, el banco ha ofrecido pocos detalles respecto a las oficinas, más allá de la cifra en la que se verán reducidas y las zonas en las que se concentrarán los cierres: Madrid, Galicia, Andalucía y Cataluña.