El director corporativo de Auditoría de Bankia, Iñaki Azaola, se ha convertido en el héroe involuntario del juicio contra los 65 acusados de utilizar las tarjetas opacas de Caja Madrid, después de resistir durante cerca de siete horas un interrogatorio implacable por parte de las defensas de los acusados.

Azaola declaró el martes en la Audiencia Nacional como testigo a petición de la Fiscalía Anticorrupción, de las acusaciones particulares -BFA, Bankia y el FROB-, de las acusaciones populares -Confederación Intersindical de Crédito (CIC) y CGT- y de varias defensas.

Su testimonio llegó a eclipsar al que estaba llamado a ser el testigo estrella del caso, Francisco Verdú, ex consejero delegado en Bankia y número dos de Rodrigo Rato, y una de las tres únicas personas que no utilizó su tarjeta.

Pero el empeño de los abogados defensores en desmontar la credibilidad de las tablas de excel proporcionadas por Bankia con los gastos efectuados por los ejecutivos de Caja Madrid y Bankia, que prácticamente ninguno de los acusados ha admitido, convirtió su declaración en un pulso desigual entre Azaola y los 65 letrados.

En un sinfín de ocasiones Azaola defendió que los datos de las tablas excel fueron "extraídos pero no modificados ni manipulados" de los registros de la entidad, y que son "exactamente los mismos que figuran en el sistema central de la entidad".

Según transcurría el interrogatorio, Azaola repetía una y otra vez "lo acabo de explicar", "ya he contestado", "me obligan a repetirme", mientras la presidenta de la Sala, Ángela Murillo, instaba a los defensores a no repetir las preguntas. La jueza intervino en varias ocasiones en defensa del compareciente, recordando a los letrados que estaban interrogando a un testigo y no a un acusado o a un perito, pero la estrategia era de desgaste.