Galicia ya tiene conexión eléctrica con Asturias. La obra de la línea Boimente-Pesoz, que completa la autopista energética de la cornisa cantábrica, acaba de concluir. Según explicaron a este diario fuentes de Red Eléctrica de España (REE) -la empresa semipública que opera el sistema eléctrico español-, el tendido entrará en servicio a finales de este mes, una vez que acaben las pruebas técnicas que se están realizando en estos momentos. Con este nuevo trazado Galicia completa su interconexión de alta tensión con el resto de comunidades de la cornisa cantábrica.

La línea entre Boimente, en Lugo, y el ayuntamiento asturiano de Pesoz ha costado más de 70 millones de euros y ha concluido con las labores de fijado del tendido en la parte asturiana. REE ha cumplido los últimos plazos que había fijado después de haber llegado a "acuerdos amistosos" con el 95% de los propietarios de los terrenos afectados. La línea pasa por los concellos lucenses de Viveiro, Ourol, Valadouro, Foz, Alfoz, Lourenzá, Barreiros, Lorenzana, A Pontenova y A Fonsagrada.

Boimente-Pesoz se proyectó con el objetivo de mejorar la cobertura de la demanda eléctrica en el Noroeste de España y, sobre todo, para apoyar la evacuación de nueva generación renovable, principalmente eólica de Galicia, hacia comunidades cantábricas con saldo eléctrico negativo como el País Vasco.

Este era el último tramo que quedaba para completar el eje de transporte de la energía eléctrica del Cantábrico en 400 kilovoltios (kV) de tensión, una infraestructura que queda así completada ocho años después de que Red Eléctrica de España iniciase su tramitación. Esta gran conexión es fundamental para la evacuación de la electricidad que generan los parques eólicos gallegos ya instalados (unos 1.000 megavatios de potencia instalada en su área de influencia) y los que se espera implantar con el concurso eólico de la Xunta, por un total de 2.325 megavatios, cuyo desarrollo se ha visto paralizado por la supresión de las primas.

El proyecto que acaba de finalizar permitió mallar la red y darle robustez, algo fundamental para garantizar el suministro en condiciones de seguridad e incorporar generación renovable.

Mientras, la otra gran obra pendiente en Galicia es la interconexión en alta tensión (400 kV) con Portugal entre Arbo y Ponte de Lima, un proyecto que estaba previsto que entrara en servicio en 2017 pero que se ha retrasado. REE presentó este proyecto en 2013 y diseñó un trazado reglamentario que, sin embargo, generó cierta oposición en el municipio pontevedrés, que pidió modificaciones en el trazado, por lo que REE y los Ministerios de Medio Ambiente de los dos países buscan una solución alternativa para el paso fronterizo.

Una vez que la tramitación concluya y REE obtenga todos los permisos y solvente los trámites, tendrá que dedicar un año y medio o dos a la construcción de la línea, que tiene un presupuesto de 55 millones de euros. Esta obra es uno de los Proyectos de Interés Común (PIC), que son prioritarios y por lo tanto están vigilados por la Comisión Europea, y está incluido en la Declaración de Madrid, firmada entre España, Francia y Portugal en marzo de 2015 para incrementar las interconexiones internacionales de energía. Éstas son fundamentales para el intercambio de electricidad entre países europeos, lo que además de garantizar la seguridad del suministro (y evitar el riesgo de apagones) permitirá introducir más generación renovable en el sistema y abaratar los costes.