Los expresidentes de Caja Madrid Miguel Blesa y Rodrigo Rato se sientan desde mañana en el banquillo por el uso de las polémicas tarjetas opacas. Están acusados junto a otros 63 directivos de administración desleal y apropiación indebida.

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ordenó la apertura de juicio oral por el caso de las tarjetas al apreciar indicios suficientes de administración desleal por parte de Blesa, Rato y del ex director general Ildefonso Sánchez Barcoj con el propósito de apropiarse de forma continuada e indebidamente del patrimonio de Caja Madrid y Bankia. Bankia-BFA y el FROB ejercen la acusación particular, en tanto que la Confederación Intersindical de Crédito (CIC) -agrupación de asociaciones y sindicatos de las antiguas cajas- ejerce la acusación popular junto con la Confederación General de Trabajo.

Anticorrupción pide cuatro años y medio y seis años de cárcel para Rato y Blesa, respectivamente, en tanto que el FROB y la propia Bankia solicitan entre 6 y 10 años de cárcel. La CIC solicita penas de cárcel de diez años para Rato, Blesa y Sánchez Barcoj, y de seis años para los otros procesados. Asimismo, la Fiscalía pide que los acusados indemnicen a Bankia, heredera legal de Caja Madrid, y que Blesa devuelva los 9,34 millones gastados por todos los usuarios de las "black" durante buena parte de su mandato, a partir del año 2003 y hasta 2010, y 2,69 millones a Rato por los cargos llevados a cabo desde su llegada a Caja Madrid hasta su salida de Bankia.