La multinacional automovilística Grupo PSA ha elegido la fábrica de Vigo para probar la nueva generación de robots colaborativos, los llamados cobots, diseñados para que sean capaces de trabajar codo con codo con humanos sin peligro para su integridad física. Por ahora, la factoría cuenta con dos de estos cobots en la línea de motores de la nave S, aunque la previsión es aumentar su número en los próximos años para cubrir aquellos puestos que exigen un mayor esfuerzo físico si se pueden automatizar. La incorporación de esta nueva generación de autómatas forma parte del proyecto "fábrica del futuro", una visión a largo plazo de cómo serán los centros de producción del grupo galo en sintonía con los cambios de la Industria 4.0.
Los robots colaborativos están concebidos para ser instalados sin tener que utilizar vallado de seguridad, lo que permite trabajar en líneas de montaje junto a operarios sin correr riesgos de seguridad y minimizando la inversión en sistemas como celdas o dispositivos de detección de seguridad. El primero de estos cobots se instaló en Balaídos el año pasado para la automatización de la lectura de los códigos de barras situados en varias de las diferentes piezas que conforman el tren delantero de los modelos Berlingo y Partner (B9) y C-Elysée y 301 (M3-M4), según ha podido saber FARO. La planta gallega ha sido la primera en incorporar un cobot, seguida por la de Rennes, en Francia.
El director Industrial de PSA, Yann Vincent, reconocía recientemente que estos cobots en pruebas en Vigo y Rennes podrían ser empleados en un futuro para aquellas tareas que puedan suponer un peligro para la salud de los trabajadores o que tengan una mayor exigencia de calidad. Vincent, que el pasado mayo acompañó al presidente del grupo, Carlos Tavares, en su visita a Vigo para el anuncio de la adjudicación del proyecto V20 (un nuevo todocamino de Peugeot, previsto para 2020), explicó que los cobots forman parte del proyecto "fábrica del futuro", para el que también se está investigando en cuestiones como la digitalización. Este programa sustituye a uno anterior, conocido como "fábrica excelente" de PSA, y que establecía unas metas concretas por factoría de reducción de costes o rentabilidad.
Además de PSA-Vigo, varios fabricantes de componentes gallegos o instalados en la comunidad están probando esta nueva generación de robots colaborativos y algunos podrían instalar ya las primeras unidades el próximo mes de noviembre. Fuentes del sector explican que los robots convencionales necesitan mucho espacio y obligan a acometer grandes cambios en las líneas de producción, mientras que los colaborativos no precisan de una separación física y se coordinan con el personal porque son capaces de tener en cuenta el entorno en el que se mueven. Esto es así porque los cobots llevan integrado un sofisticado sistema de sensores.
Los AGV, habituales
Lo que ya empieza a ser habitual en las fábricas gallegas de automoción, tanto en PSA-Vigo como en el panel de proveedores, son los AGV (Automatic Guided Vehicle), vehículos de guiado automático, por ejemplo, para el reparto de piezas y componentes dentro de las propias factorías. En el centro de Balaídos, la implantación del sistema full-kitting en el Sistema 2 ha introducido estos AGV para automatizar esta tarea de logística interna. El full-kitting ha revolucionado al reparto de componentes en el borde de línea. Antes, los trabajadores de montaje seleccionaban las piezas correspondientes a cada modelo (con diferentes sus variaciones), pero con este sistema los componentes llegarán ya escogidos al puesto en estos AGV, obligando a preparar con antelación los kits para cada vehículo, agilizando el proceso y la vez reduciendo costes.
