El Grupo Nueva Pescanova redoblará su apuesta acuícola con el lanzamiento -en 2017- de su primer centro de I+D+i de tecnologías de cultivos acuícolas, que será bautizado con el nombre de Pescanova BioMarine Center, según ha podido saber FARO. La multinacional pesquera viguesa transformará su actual planta de engorde de rodaballo en O Grove (de 4.000 metros cuadrados) para acoger esta unidad de investigación pionera en España (no existe ningún otro centro de acuicultura privado), con una inversión que rondará los 4,5 millones de euros. El complejo estará destinado a la mejora de los peces y crustáceos que la compañía cultiva por todo el mundo (Langostino vannamei, rodaballo y tilapia) y al desarrollo de nuevas especies.
Pescanova BioMarine Center nace la estrategia de expansión del consorcio para consolidar mercados y proyectos. La demanda cada vez mayor de productos del mar obligará a la industria al desarrollo intensivo de la acuicultura ya que la pesca extractiva no será capaz de cubrir la demanda en los próximos años. De hecho, según un informe publicado este verano por la FAO y la OCDE, en 2022 la acuicultura superará ya a la pesca salvaje como productora de pescado, y Pescanova no quiere perder ese tren liderando la investigación. De hecho, la compañía comenzó en la acuicultura en los años 80 y actualmente cuenta con plantas en cinco países de Sudamérica, España y Portugal y es líder mundial en producción de rodaballo y camarón.
El de O Grove será el primer centro privado de acuicultura de España y uno de los tres más importantes a nivel europeo; contará con socios tecnológicos (universidades, otros centros de I+D), industriales, sociales y gubernamentales, y empleará a alrededor de medio centenar de trabajadores. Esta unidad investigadora ocupará las instalaciones actuales de la planta de engorde de rodaballo del grupo en este municipio de la comarca de O Salnés, y la previsión es que esté operativa ya el próximo año.
El proyecto se centra en la mejora de las especies acuícolas que cultiva Pescanova, sobre todo del Langostino vannamei, que representa el grueso de sus ventas (el 50% de la facturación de la compañía se corresponde con el langostino, incluido el salvaje de Argentina y Mozambique), pero también del rodaballo y la tilapia, en aspectos como la genética, la nutrición, el manejo y la salud.
De igual forma, Pescanova BioMarine Center también investigará el desarrollo de nuevas especies de especies de peces y crustáceos con interés comercial, con la aspiración de convertirse en uno de los centros de investigación privado de referencia en Europa en el ámbito de la acuicultura sostenible, la industria 4.0 y la protección del medio ambiente. Pescanova quiere actuar como empresa tractora en este campo (es la única firma acuícola española con integración vertical, es decir, con plantas propias), realizando transferencia de tecnología para el avance de la acuicultura en Galicia.
A nivel mundial, los principales centros de I+D de acuicultura se han centrado en el campo de la salud por las plagas que se han extendido por algunos países productores. Como ejemplo, en 2013 y 2014 las granjas de langostino de Asia sufrieron de EMS (siglas en inglés de Early Mortality Syndrome), el síndrome de mortalidad temprana, penalizando gravemente su producción, lo que beneficio a la acuicultura centroamericana y a la propia Pescanova. También gigantes de la industria pesquera como la noruega Marine Harvest o la norteamericana Cargill están sufriendo problemas con la producción de salmón debido a una plaga de algas.
Con este centro de innovación acuícola, la multinacional viguesa que pilota ahora Ignacio González aspira a repetir éxitos como lo fue en su día la construcción del buque Lemos, el primer barco congelador del mundo, que catapultó a Pescanova como firma pesquera.
