La divulgación de los indicadores macroeconómicos genera en ocasiones sonoras discrepancias con la opinión de llamada economía real, de calle. El Producto Interior Bruto (PIB), el conjunto de bienes que una economía es capaz de producir en un periodo determinado, es uno de ellos. Galicia generó en el segundo trimestre del año un PIB nominal de 14.577 millones de euros, un 3% más que en mismo trimestre del año pasado. Pero en términos de creación de empleo el avance es más limitado, de menos del 1,8%, de ahí que en la calle un crecimiento tan vigoroso del PIB pueda chocar con la realidad. Con la generación de riqueza de mayo, abril y junio Galicia retoma los niveles de 2008 (14.506 millones), cuando la crisis todavía no había atracado en el puerto. Eso sí, con 216.014 trabajadores menos a tiempo completo que entonces para generar lo mismo.
Lo que evidencian los datos de contabilidad nacional, divulgados por los institutos estadísticos estatal (INE) y gallego (IGE), es que la economía en Galicia destruye empleo rápidamente y le cuesta volver a crearlo. En 2009 el PIB se contrajo un 3,6%, pero se destruyeron un 5,6% de puestos de trabajo; en 2012 la recesión fue del 3,2% (en realidad fue una recaída, la double dip recession), pero el empleo cayó un 5%. Y la tendencia continúa por la pérdida de actividades intensivas como la industria, que sigue de capa caída al descender sus niveles de actividad en más de un punto solo en el segundo trimestre. Ningún sector se anotó números rojos a excepción de este último.
Si el empleo a tiempo completo hubiese crecido al mismo ritmo que la economía Galicia rozaría el millón de puestos de trabajo (991.029), pero no llega a los 980.000. La comunidad necesita crear 320.000 puestos de trabajo adicionales. Al ritmo actual, harán falta más de veinte años para alcanzar unos niveles de empleo a tiempo completo (de mayor calidad en salario y cotización, sin ser de media jornada) previos a la crisis. De momento solo el comercio y la hostelería aguantan el tirón, si bien en el segundo trimestre el repunte del empleo en el sector primario (5%) y la industria manufacturera (2,9%) fue prominente. El sector financiero, el inmobiliario y la construcción continúan destruyendo puestos de trabajo pese a mejorar en ambos casos sus ingresos.
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Los factores
Ateniéndose únicamente a los datos trimestrales, en Galicia destacaron tres impulsores del crecimiento: el gasto de las administraciones públicas, el de los hogares y la inversión privada. La demanda interna es el verdadero motor de crecimiento de la economía peninsular, si bien en el caso gallego las exportaciones son una clara palanca favorable (aunque crecieron más las importaciones, lo que perjudica al saldo comercial). Frente a una caída del 1,6% en el conjunto de España -debido a la falta de Gobierno y, por consiguiente, de grandes licitaciones-, en Galicia el gasto público creció un 1,6%.
Los hogares gallegos también se animaron más que los del resto del Estado con un avance de sus compras de ocho décimas, una más que la media. La inversión (formación bruta de capital fijo) subió un 0,8% en la comunidad, cinco décimas por debajo del dato estatal. El crecimiento del PIB trimestral del 0,8% en España superó en un 0,1% las expectativas fijadas por el Gobierno, como reconoció ayer el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos.
