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El buque fue entregado en 2011

El IEO, condenado a devolver a Armón Vigo el aval del oceanográfico "Ramón Margalef"

Se incautó de parte del depósito por supuestos defectos. La Audiencia falla a favor del astillero

El "Swan", listo para embarcar las camas metálicas de Freire para el Báltico | El semisumergible Swan atracó ayer en Vigo para recibir las estructuras metálicas (grillages) preparadas por el astillero Freire y que harán de cama para transportar 29 megaestructuras metálicas (jackets) que fabrica Navantia Fene. El Swan está operado por el consorcio holandés Boskalis, especializado en transportes offshore singulares, la misma empresa que en 2013 había contratado ya a Freire el anclaje del casco del buque militar Adelaide de Navantia para Australia. Otro buque similar, el Tern, está ya fondeado en Cíes para que le sean instalados más grillages. Se prevé su entrada en Vigo la próxima semana.

El Instituto Nacional de Oceanografía (IEO) deberá devolver a Armón Vigo 113.628,80 euros, que se corresponden con una parte del aval que depositó el astillero ante el Ministerio de Hacienda para terminar la construcción del buque de investigación oceanográfica Ramón Margalef. Una sentencia de la Audiencia Nacional, con fecha del 16 de junio, obliga a la administración a restituir la cantidad tras no haber notificado de forma correcta supuestos "vicios o defectos" detectados en el equipamiento del barco, que tampoco aparecen como hechos probados en el fallo. Es el Ministerio de Economía quien deberá hacerse cargo del pago en su condición de responsable de la Secretaría de Estado de Investigación y, en última instancia, del IEO. La sentencia también obliga al pago de las costas procesales e intereses legales.

En octubre de 2010, como relata el fallo, el IEO firmó con Armón Vigo el contrato para concluir la construcción del Ramón Margalef -había quedado a medias en el astillero MCíes, que quebró- y fabricar un buque gemelo, el Ángeles Alvariño. El importe del contrato ascendió a 24,8 millones de euros: casi cinco para terminar la construcción, otros 1,6 para solventar los "deterioros con motivo de la resolución del contrato inicial -con MCíes- 1,88 millones en concepto de "adaptación constructiva" que planteó el astillero, en connivencia con el inspector del armador y los últimos 16,39 millones para hacer el Ángeles Alvariño. El aval que correspondía al Ramón Margalef fue de 338.420 euros (el de todo el contrato, del 4% del importe total, ascendió a casi un millón de euros).

Los cuatro magistrados de la Audiencia Nacional (Sala de lo Contencioso número 3) exponen que el periodo de devolución de la garantía o aval expira a los dos años de concluir el contrato. El Ramón Margalef se entregó el 23 de septiembre de 2011, y por lo tanto este plazo finalizaba el mismo día de 2013. En ese plazo el IEO no hizo constar la existencia de ningún expediente administrativo, aunque tenía tres meses más para decidir la incautación de parte o todo el aval por incumplimiento del contrato. Esta resolución llegó al astillero el 10 de febrero de 2014, más de tres meses después de expirar el plazo reglamentario.

El IEO aseguró en el juicio que sí había informado en plazo de la existencia de supuestos "vicios o defectos", lo que le permitiría quedarse con el aval. Pero lo que hizo la institución fue remitir un documento al coordinador del equipamiento científico del buque, no al astillero. Armón Vigo no fue notificado en ningún momento de la reclamación del IEO por esas supuestas irregularidades. De haber existido tendría que haber iniciado un expediente formal dirigido al astillero como "un trámite necesario en el procedimiento de incautación del aval". "No hubo un acuerdo debidamente comunicado", zanja la sentencia, "aunque sí hubo actos tendentes a preparar tal incautación". Contra el fallo la administración puede presentar recurso ante el Supremo.

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