El mismo Banco de España reconoció abiertamente en estos últimos años que en el notable ascenso de las reclamaciones de los clientes contra el sector durante la crisis tiene mucho que ver "la creciente complejidad de los productos financieros", además de la coyuntura económica y la sensibilidad, también cada vez mayor, de los consumidores. Quizás por eso los máximos representantes de las entidades del país coincidían públicamente en el insistente mensaje de recuperar la banca tradicional como reto fundamental para el futuro del negocio. El daño reputacional tras lo ocurrido con las preferentes y la deuda subordinada o las cláusulas suelo es evidente. Y las quejas siguen en números elevados. Hasta 20.262 durante el pasado 2015 según los datos publicados ayer por el supervisor financiero, que revelan una destacable caída respecto al ejercicio anterior, del 31,4%. Una tendencia que se repite en Galicia, con 808 reclamaciones. Son un 33,5% menos que en 2014 y la menor cantidad de los últimos seis años, desde 2009.
En números absolutos, Galicia es la octava comunidad en volumen de quejas contra las entidades financieras. A la cabeza está Andalucía, con más de 7.200 y un descenso del 33%. A continuación figura Madrid (2.800), donde la bajada fue del 29,1%; Cataluña (1.755), con un 37,5% menos; Valencia (1.615), que acumula una caída del 38,4%; Canarias (1.032), que experimenta un recorte del 21,6%; y Castilla-La Mancha (891) y Castilla y León (881), con disminuciones del 21,2% y el 33,5%, respectivamente.
En función de la actividad financiera que el sector maneja en Galicia, casi 50.600 millones de euros, el nivel de reclamaciones en la comunidad se sitúa en la media estatal. Unas 16 quejas por cada mil millones de euros de negocio en la banca. En 2014 fueron 23,4 -frente a las 22,4 del conjunto del país- y la actividad financiera era mayor, unos 51.300 millones. Según esta comparativa que recoge la Memoria de Reclamaciones del Banco de España, las tres regiones con mayor incidencia de los requerimientos son Andalucía (52,5), Extremadura (40,3) y Canarias (32,6). Galicia ocupa el séptimo lugar. Y baja a la décimo tercera posición en el análisis por población. Fueron 33,9 reclamaciones por cada 100.000 habitantes mayores de 16 años, mientras que en 2014 llegó a las 51. La media de España el pasado año se quedó en 52.
En el total estatal, el 66,1% de las reclamaciones estaban vinculadas a préstamos y créditos, "siendo significativas las relacionadas con las hipotecas y, en concreto, con la desaparición de algunos índices de referencia, la aplicación de por parte de las entidades de las medidas para reforzar la protección de los deudores bancarios y, de nuevo, como en años anteriores, con las cláusulas suelo, pese a que se aprecia un fuerte descenso de estas últimas", explica el Banco de España. Concretamente, el número de quejas alcanzó las 9.354, un 40% menos que en 2014.
El pasado año se emitieron 13.354 resoluciones como respuesta a esas demandas. Unas 6.000 acabaron dando la razón al cliente, otras 3.000 a la entidad y en 327 casos fue imposible emitir un pronunciamiento. Hay que tener en cuenta que se registraron 3.919 allanamientos, que son procesos interrumpidos porque cuando el Banco de España abre el expediente la entidad afectada aceptó la protesta del consumidor.
