Satisfacción generalizada en la industria de componentes instalada en Galicia por el anuncio de un segundo lanzamiento en el centro de Vigo del Grupo PSA a partir de 2020. Fuentes de la Fundación Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga), que representa a más de un centenar de empresas entre fabricantes de componentes, industrias auxiliares e ingenierías, señalaron ayer a FARO que "sin duda" representará una "oportunidad enorme para la fábrica de Vigo y sus proveedores". "La gran noticia es que garantiza la carga de trabajo hasta 2026 y demuestra la excelencia industrial de la automoción en Vigo y en Galicia", argumentaron las mismas fuentes. Este sector emplea entre personal directo, indirecto e inducido a más de 40.000 trabajadores en la comunidad, la mayoría en la comarca de Vigo.
La adjudicación era un secreto a voces en el sector, que lleva tiempo trabajando conjuntamente con la planta de Vigo de PSA para llevar a buen puerto este nuevo lanzamiento. De hecho, como avanzó este periódico, hay fabricantes de componentes -sobre todo multinacionales- que ya tienen asignadas algunas referencias para el nuevo modelo y otros han quedado descartados en el proceso de concurrencia competitiva al que la corporación automovilística francesa somete a sus proveedores. "La adjudicación nos anima a seguir impulsando la innovación y la cooperación para mejorar la competitividad", apuntaron desde Ceaga.
Previsiones
Con el proyecto K9, la próxima generación de furgonetas de las marcas Peugeot, Citroën y Opel que se lanzarán en Vigo y Mangualde a partir de 2018, los proveedores del sector instalados en Galicia captaron proyectos por valor de unos 500 millones de euros anuales. La adjudicación de componentes a los Tier 1 (proveedores de primer nivel) ya finalizó y actualmente se está negociando con los fabricantes de segundo rango, entre los que hay algunas firmas gallegas de renombre, como el Grupo Copo, pendientes de decisión. Con el K9, Ceaga aspiraba a captar más volumen de negocio que con el B9 (las dos furgonetas actuales) y esa meta se alcanzó: las ventas aumentaron un 6%. Con el nuevo proyecto (P24), la intención del sector es repetir la experiencia, aunque la presión de las industrias en el norte de Portugal y en Marruecos continúa creciendo, como ya avanzó este periódico.
A priori, este nuevo lanzamiento estaba previsto para 2019, tal y como se recogía en el plan industrial de PSA, al que tuvo acceso FARO. Su retraso a 2020 podría suponer un problema tanto para la propia factoría de Balaídos como para aquellos fabricantes de componentes que dependen de PSA-Vigo y que no lograron adjudicarse carga de trabajo del proyecto K9, como las fábricas de Faurecia Asientos de Galicia y Faurecia Escapes, entre otras. Fuentes sindicales consideran que el proceso de cambio entre modelos obligará a PSA-Vigo a echar mano de todo su arsenal de flexibilidad laboral, ya que podría acentuarse el desequilibrio entre las dos líneas de montaje. Es decir, que una línea podría estar saturada y la otra, a la vez, bajo mínimos.
En caso de aquellos proveedores que dependen principalmente de la producción de furgonetas y hayan perdido el proyecto K9, como Asientos de Galicia, la situación será similar, ya que entre el primer trimestre de 2018 (cuando arranca el proyecto K9 y finaliza la fabricación de los actuales comerciales ligeros Citroën Berlingo y Peugeot Partner) y finales de 2019, cuando deberían arrancar las preseries para este nuevo modelo, hay casi dos años de vacío que será necesario cubrir (en algunos casos ya se están negociando expedientes de regulación de empleo temporales).
PSA-Vigo, favorita
Fuentes sindicales y del sector coinciden en que el centro de Balaídos estaba mejor situado que sus rivales europeos para hacerse con este nuevo lanzamiento. El plan de competitividad firmado a finales de 2014, que incluía considerables ajustes en materia económica para la plantilla y que ya permitió la llegada del K9; los acuerdos del último convenio colectivo; el nuevo plan de medidas de flexibilidad laboral al alza y a la baja -que ya recogía esos posibles desequilibrios de producción entre los dos sistemas-, y el apoyo de distintas administraciones al proyecto de transformación de la planta y a la innovación colocaban al centro vigués en una posición de ventaja que ha sido determinante para la adjudicación. Este nuevo proyecto será el modelo número 36 en la historia de la factoría viguesa, que comenzó el montaje de coches en 1958 con el Citroën AZU.
