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La industria del motor

Quince industrias del motor se expanden en el norte de Portugal en el último año

Al menos una quincena de empresas abrirán nuevas plantas o ampliarán instalaciones y crearán 1.100 empleos. Bosch, Faurecia, Simoldes y Sakthi, principales actuaciones

La industria del automóvil mantiene su apuesta firme por el norte de Portugal. Solo en el último año, la zona más septentrional del país vecino ha captado inversiones por valor de más de 310 millones de euros, que se concretarán en la apertura de nuevas fábricas o en la ampliación de instalaciones ya existentes, según los anuncios realizados por una quincena de fabricantes de componentes y auxiliares a lo largo de ese periodo, que prevén incrementar sus plantillas en al menos 1.130 trabajadores. Buena parte de estas actuaciones están directa o indirectamente relacionadas con los nuevos lanzamientos de PSA Peugeot Citroën, como la nueva planta del Grupo Antolín en Mangualde o la ampliación de la suiza Aspöck en Oliveira de Azeméis, aunque este polo del automóvil exporta el 80% de su producción a otras plantas de coches en España, Alemania, Francia y Reino Unido, principalmente.

El principal activo del norte de Portugal son sus costes, tanto de mano de obra como de suelo, y a la vez su proximidad a grandes factorías como las de PSA-Vigo o Renault-Palencia. De hecho, según un estudio incluido en el nuevo plan estratégico del sector de automoción de Galicia (P3CA-2025), fabricar el mismo producto al otro lado de la raia es entre un 10% y un 23% más barato que en Galicia dependiendo de la intensidad de la mano de obra, lo que condiciona las nuevas inversiones, al igual que el precio del suelo: en Portugal, el coste medio de una parcela para uso industrial ronda los 30-40 euros el metro cuadrado, frente a los 150 euros/m2 de los parques gallegos. Este diferencial coloca al norte luso en una mejor posición para captar inversiones y la implantación de nuevas empresas.

Los datos difundidos por las propias industrias en el último año lo demuestran: 310 millones en inversiones con la previsión de crear unos 1.130 puestos de empleo en tres años. Las mayores inversiones las acometerán el grupo alemán Continental (60 millones), que abrirá una nueva planta de neumáticos en Vila Nova de Famalicão; la también germana Robert Bosch (55), que potenciará su centro de innovación y desarrollo y ampliará instalaciones en Braga; la francesa Faurecia (45), que ampliará su fábrica de sistemas de escape de Bragança; los alemanes Olbo&Mehler (16,5), que abrirán un nuevo centro de investigación en productos textiles también en Famalicão; la portuguesa Simoldes (33); la india Sakthi (30), que abrirá una nueva fundición en Águeda; y la austriaca Aspöck (15), que ampliará su centro de Oliveira de Azeméis, entre otras razones, para fabricar los sistemas de iluminación que incorporarán los futuros vehículos comerciales ligeros del proyecto K9 de PSA y Opel.

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Otra inversión relevante y que ha generado cierto temor en Galicia por el potencial que pueda tener en el futuro es la nueva planta de la multinacional española Grupo Antolín en Mangualde, que proveerá los asientos del K9 que PSA fabrique en su factoría portuguesa. A priori, este centro (el cuarto del Grupo Antolín en suelo luso tras los de Valença, Vila Nova de Cerveira y Palmela), con una inversión inicial de 4 millones de euros y la previsión de crear 50 empleos, absorberá el 20% de los asientos de las furgonetas K9, según confirmó el pasado febrero el director de la Unidad de Negocio de Asientos de la multinacional burgalesa, Miguel Marañón.

Estas nuevas inversiones en terreno portugués se suman a las que hace unos años desarrollaron empresas como BorgWarner en Viana do Castelo, MGI Coutier y Valver en Paredes de Coura, Eurocast en Arcos de Valdevez o Cablerías en Valença, entre otras. En Galicia, el K9 impulsó a fabricantes de componentes como Snop, Benteler y Autoneum, entre otros, a reforzar su capacidad industrial instalada (con nuevas inversiones y ampliación de instalaciones), pero no logró que nuevos proveedores se instalen en la comunidad. Pese a todo, el sector invirtió el año pasado 155 millones (800 millones en los últimos cuatro años).

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