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La UE corrige a la baja y en tres millones la cifra de población activa de España en 2060

En 2012 calculaba que habría 29 millones de personas en edad de trabajar; ahora estima que serán 26 -Funcas sugiere adaptar la jubilación al aumento de la esperanza de vida

En el año 2012 la Unión Europea elaboró un informe sobre el impacto del envejecimiento de la población sobre las cuentas de los países. Un texto que acaba de corregir (The 2015 ageing report) y en el que la previsión de gasto público en relación con las pensiones "se rebajó en todos los países excepto en España, Letonia y Portugal". El primer documento, para el caso español, estimaba para 2060 una masa de población activa -en edad de trabajar, entre 15 y 64 años- de 29,175 millones de personas; ahora estima que apenas superarán los 26 millones. Desde este año y hasta 2060 España perderá 5,095 millones de activos sin que vaya a producir un incremento de la tasa de empleo u horas trabajadas, según el informe. Y esto se complementa con que para entonces un 30% de la población tendrá más de 65 años (ahora tienen un peso del 17,9% sobre el total) y que, entre los ciudadanos ya jubilados, el 50% vivirá más allá de los 80 años (hace tres años la previsión era del 45,6%).

Como había advertido también la OCDE, la tasa de reemplazo -el porcentaje del último salario que se cobrará de pensión en el momento del retiro- pasará del 79% actual al 48,6%, de modo que la Seguridad Social apenas aportará la mitad del último sueldo a los pensionistas. Esta realidad no es completamente nueva -FARO ya avanzó que las nuevas pagas son más pequeñas que las de hace un año en Galicia-, pero el documento de Bruselas sí es llamativo porque muestra la velocidad a la que se deteriora la realidad demográfica española. Mantener un gasto del 11% del Producto Interior Bruto (PIB) en pensiones con 19 millones de cotizantes en 2060 pero con el doble de pensionistas (14,162 millones) y tres millones menos de población activa es una ecuación imposible de resolver con el sistema actual, con todo el peso de las pensiones sobre los presupuestos.

La última publicación del servicio de estudios de Funcas ahonda en esta problemática y sugiere adaptar la edad de jubilación al incremento de la esperanza de vida. Fue en 1919 cuando España fijó en 65 años la edad para dejar de trabajar. "En cuanto a la edad de retiro, se ha señalado la de sesenta y cinco años; no obstante, dentro del régimen legal puede fijarse una edad inferior para los obreros de profesiones agotadoras", rezaba el Reglamento para el Retiro Obrero, publicado en 1921. "La pensión inicial se fija en 365 pesetas anuales".

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El profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) José A. Herce, autor del estudio de Funcas, hace precisamente la comparación entre principios del siglo XX y la actualidad. "En 1900 menos del 30% de una generación llegaba a los 65 años. Sin embargo hoy ese porcentaje asciende al 90%", de ahí que se pregunte "¿cuál es hoy la edad equivalente a los 65 años en 1900?". Lo que sugiere Herce es equiparar una nueva edad de jubilación teniendo en cuenta la esperanza de vida, que es hoy de 82,4 años, mientras que en 1919 apenas superaba los 42. "El retraso del inicio de la vida laboral y el aumento de la esperanza de vida, en un marco de ajuste insuficiente de la edad de jubilación es el peor de los mundos posibles", zanja el experto.

Y lanza una opción en su análisis. "Nadie está sugiriendo que la edad de jubilación se ajuste plenamente a este cálculo (del aumento de la esperanza de vida. O sí? El Parlamento sueco comenzó a debatir la posibilidad de retrasar la edad de jubilación hasta los 75 años a principios de 2013".

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