El puerto de Vigo se afianza como base de reparaciones de cruceros de exploración, una actividad que inició hace cinco años el astillero MetalShips y que este año prevé la llegada de nada menos que de tres buques para su varada anual. El primero, que llega hoy, es el Sea Spirit, de 91 metros de eslora por 15 de manga y capacidad para un centenar de pasajeros. A éste le seguirán el Ocean Diamond y el Ocean Nova, los próximos días 7 y 8 respectivamente. El Ocean Diamond es el mayor de los tres, con 124 metros de eslora por 16 de manga, y en el que pueden viajar hasta 172 pasajeros, mientras que el Ocean Nova con 73 metros de eslora por 11 de manga y 80 pasajeros de capacidad es el menor.

Tanto el Ocean Diamond como el Ocean Nova ya realizaron en Vigo sendas varadas de puesta a punto. El primero de ellos, el pasado año, y en 2012 el segundo. Según fuentes de la consignataria Pérez y Cía, tanto el Sea Spirit como el Ocean Nova serán trasladados a los diques flotantes de MetalShips, en Teis. En cambio, los trabajos a bordo del Ocean Diamond serán realizados a flote, en el muelle de Comercio. Estas labores de mantenimiento incluyen entre otras el fregado y cepillado del casco, limpieza de anclas y cadenas, revisión de los timones, renovación de ánodos y holgura de ejes, renovación y limpieza de estancias, etc.

Los tres barcos pertenecen al armador estadounidense Quark Expeditions, dueño de una flota de siete cruceros de expedición, entre ellos un rompehielos, que operan básicamente en la Antártida y el Ártico. Precisamente estos tres buques llegan a Vigo en sendos viajes posicionales desde la Antártida, donde acaban de concluir su temporada de verano austral, al Norte de Europa, donde fijarán su base de operaciones a partir del próximo mes de mayor, para visitar los paraísos aún inmaculados de Spitsbergen, Groenlandia y el círculo polar ártico, en una navegación extrema en medio de mares completamente helados.

Quark Expeditions es uno de los líderes mundiales de viajes de aventura, en los que el pasaje tiene la posibilidad, además de la observación de la fauna típica de los continentes helados, de practicar esquí de fondo, montañismo, canotaje (en kayak, canoa, etc.) y otras actividades que convierten a este tipo de cruceros en viajes únicos, en los que el precio medio por día de crucero ronda los 600 euros por persona.