La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha sugerido al Ministerio de Economía que revise la obligación de mantener las cabinas telefónicas como un servicio universal ante el escaso uso que los usuarios hacen de ellas por la proliferación de la telefonía móvil. En Galicia subsisten unas 1.200 cabinas, la mayor parte de Telefónica. Para el regulador es prioritario mejorar el acceso de banda ancha a los hogares con telefonía fija aunque ello suponga la desaparición del pariente primitivo del móvil.

Según el reglamento sobre las condiciones para la prestación de servicios de comunicaciones electrónicas, la distribución de las cabinas se regía por el número de habitantes de un municipio o por las dificultades del mismo de acceder a cobertura móvil. Se determinó la obligatoriedad de tener "un teléfono público de pago por cada 3.000 habitantes" en cada municipio de 1.000 o más vecinos, y una cabina en localidades de menos residentes pero con dificultades para acceder a un pueblo cercano. Ahora, teniendo en cuenta que el 88% de los ciudadanos nunca ha utilizado una cabina -según el Eurobarómetro-, para la CNMC esta condición de servicio universal no tiene sentido.

Competencia también pone fecha de caducidad a las guías de papel ya que un 52% de los españoles nunca ha usado una y nadie afirma echar mano de ella más de una vez al mes.