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Cartesian demanda a la antigua auditora de Pescanova por un quebranto de 24 millones

El fondo de inversión, dueño del 5% de la vieja matriz, la acusa de ayudar a la pesquera a ocultar deudas pese a que las cuentas mostraban un escenario "horriblemente incorrecto"

Cartesian demanda a la antigua auditora de Pescanova por un quebranto de 24 millones

Cuando el fondo norteamericano Cartesian Capital Group se fijó en Pescanova como un valor de inversión, la multinacional pesquera estaba valorada en 480 millones de euros. Era 2012 y la compañía había emitido bonos por 160 millones al 8,75% de interés, por encima del 8% que devengaban los pagarés de Nueva Rumasa. Las cuentas de aquel ejercicio, que nunca se llegaron a publicar ni a validar, recogían una deuda de algo más de 1.600 millones de euros, ingresos de 1.748,5 millones y un resultado neto de 36. La auditora BDO sí llegó a analizarlos: "Emitiremos informes de auditoría favorables para Pescanova SA y para el Grupo", dijo el 26 de febrero de 2013. Dos días después se presentó preconcurso de acreedores. Cartesian, que había invertido 24 millones de euros a través de Silicon Metals Holdings (el 5% de la compañía), depositó la responsabilidad de su quebranto tanto en la antigua cúpula como en la auditora. Este martes presentó en Manhattan (Nueva York) una demanda por "fraude" contra BDO, como confirmaron a FARO fuentes conocedoras del proceso.

Para Cartesian la auditora "ayudó" a Pescanova a ocultar su deuda real y dibujó un escenario "horriblemente incorrecto" de la empresa pese a que tenían información para haber detectado el fraude. El informe forensic de KPMG en julio de 2013 que el pasivo financiero total era de más de 3.545 millones de euros entre préstamos, créditos documentarios, factoring y otras cuentas escondidas en empresas pantalla o fuera del mapa de consolidación como Medosan, Lafonia, Novanam, Austral Fisheries, American Shipping o Skeleton Coast. Para KPMG las "prácticas desarrolladas por el Grupo Pescanova no fueron fortuitas", sino "planificadas de forma consciente por parte de la dirección de Pescanova". Y, sobre BDO, determinó lo siguiente: "Tampoco hemos encontrado evidencias de que BDO Auditores pusiera de manifiesto dichas irregularidades o que fuera conocedor de algunas operativas" desveladas en el informe, que desencadenó en la dimisión del expresidente Manuel Fernández de Sousa. Por esta razón la demanda de Cartesian ha sorprendido en la compañía, puesto que el caso Pescanova está ya en fase de instrucción en la Audiencia Nacional, con la propia BDO y uno de sus directivos, Santiago Sañé, imputados. A preguntas de FARO, desde la auditora eludieron hacer declaraciones.

Las salvedades de E&Y

Entre 1990 y 2001, ambos inclusive, la compañía encargada de la auditoría externa de Pescanova fue Ernst&Young, que solo emitió una evaluación "limpia" (sin salvedades) en las cuentas de 1990 y 1992. En el resto de ejercicios puso pegas y siempre por el mismo motivo: Pescanova no desglosaba la "aportación de cada sociedad del grupo a los resultados consolidados" para no dar pistas a sus "competidores". Más tarde se desvelaría que en su red societaria sí se ocultaban deudas y pérdidas, razón por la que gran parte de la antigua cúpula espera a ser juzgada en la Audiencia Nacional. Desde Cartesian Capital Group, con sede en Nueva York, no quisieron precisar si reclaman una indemnización de 24 millones a BDO. En España todavía no han recibido nada porque, al margen de que no ha habido juicio, los imputados nunca depositaron los 158,5 millones de fianza civil subsidiaria fijada en enero de 2014 por el magistrado Pablo Ruz.

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