El grupo biotecnológico CZ Veterinaria-Biofabri refuerza su capital para continuar creciendo. Con un volumen de ventas de casi 24 millones de euros a cierre de 2014, el consorcio ubicado en el polígono de Torneiros (Porriño) ha querido dotar a su plan de expansión de músculo financiero. La filial de fármacos para humanos del grupo, Biofabri, formalizó el pasado 29 de febrero una ampliación de capital de 1.807.230 euros, hasta completar un total suscrito de 2.878.485. Según pudo saber FARO en fuentes de la compañía, ésta ha dado entrada a 15 millones de capital en total ya que el resto (los 13,2 millones diferencia) constituyen una prima de emisión. Un "esfuerzo inversor para seguir creciendo" y que van a dirigir principalmente a la adquisición de "más instalaciones de fabricación con tecnologías novedosas", que es core -o la esencia- de la firma.
Según las mismas fuentes el consorcio no ha dado entrada a socios externos, lo que pone de manifiesto la apuesta de los accionistas actuales por el potencial de un grupo que ha trabajado en el desarrollo de la primera vacuna contra la cistitis recurrente y otro compuesto contra la tuberculosis (su llegada al mercado está prevista para este año). La operación con prima de emisión -es una modalidad de ampliación de capital- impide que los socios fundadores vean diluida su inversión inicial, como sí acontecería con una ampliación a la par. Es habitual en firmas consolidadas o con activos intangibles como las patentes, que pueden estar en desarrollo y que todavía no reflejan su valor real.
"Cuando una empresa quiere dotarse de más capital crea nuevas participaciones, a las que se les incluye ese sobreprecio porque sus dueños consideran que vale mucho más que al inicio", explica el economista Vicente Martín. Se puede explicar del siguiente modo. Una empresa tiene 1.000 acciones a un euro cada una, con lo que el capital social es de 1.000 euros. Si hace una ampliación y crea otras 1.000 acciones con prima de emisión se incluye un 99% de sobreprecio, de modo que el capital que entra en la compañía asciende a 100.000 euros (aunque el capital social siga siendo de 2.000 euros o, para este caso de referencia, de los mencionados 2.878.485).
Desde el consorcio no pudieron avanzar más detalles del plan de expansión en el que están trabajando, aunque los esfuerzos de la compañía por crecer son constantes. Para el proyecto de la vacuna contra la cistitis recurrente, en el que participó con las gallegas NannoImmunotech y Advancell, el laboratorio invirtió 2,5 millones de euros en 2012. Un año más tarde anunció otra inversión, esta vez de entre cuatro y cinco millones de euros para fabricar hasta 20 millones de dosis del compuesto contra la tuberculosis, para el que en aquel momento habían finalizado con éxito el primer ensayo clínico. Y el pasado mes de febrero, como publicó FARO, CZ Veterinaria reforzó su producción ante la expansión del virus de la lengua azul (afecta al ganado bovino, lanar y caprino) y prevé elaborar 40 millones de dosis, un 30% más de las que vendió el año pasado.
El origen del consorcio farmacéutico se remonta a 1964, cuando la viguesa Zeltia y la firma Cooper Mack Dougal & Robertson establecen la joint venture Cooper Zeltia, dedicada a la fabricación de productos químicos y veterinarios en Porriño. Tras la escisión de Cooper Zeltia, en 1991 se crea Cooper ZeltiaVeterinaria. El 1 de diciembre de 1993 nace la actual sociedad CZ Veterinaria S.A., y en 2009 adquiere las instalaciones de AstraZeneca para su filial Biofabri, que se especializará en el área humana. Según los últimos datos disponibles, CZ factura más de 19,2 millones de euros, por los 4,5 de su filial Biofabri. Superan los 200 trabajadores.
